Una semana atrás, los movimientos de jóvenes, las comunidades afectadas por el cambio climático y los activistas que luchan por una justicia climática y ambiental se unieron previo a la Cumbre sobre el Clima que se desarrolló del 22 al 23 de abril, en vísperas del Día de la Tierra, con el fin de aumentar la presión hacia los mandatarios del mundo, especialmente hacia el presidente Joe Biden, para que trabaje en reconstruir un país mejor, sin combustibles fósiles, y que detenga todos los nuevos proyectos de explotación y exploración de los mismos. Esta presión parece haber logrado algún efecto, ya que el miércoles 28 pasado, Biden realizó un emotivo discurso donde primó el sentido común, orientado a dar justicia a todas la comunidades afectadas por la crisis y que, al menos en intención, pareció dar respuesta a muchos de estos reclamos, a pesar de que las participaciones de los mandatarios durante la Cumbre distaron de ser ambiciosas en la mayoría de los casos.

El “Reloj del Fin del Mundo” viajó desde Union Square en la ciudad de Nueva York hasta la Casa Blanca en Washington, D.C., acompañado de una petición que exigía a Biden y a los gobiernos del mundo detener toda expansión de los combustibles fósiles (link en inglés). Los oradores que participaron de esta acción representaban a las comunidades afectadas por el cambio climático y a las demandas de las 300.000 personas que firmaron las peticiones de la campaña #BuildBackFossilFree (link en inglés). Ellos también dieron cuenta de las conexiones inherentes entre la causa climática y la justicia racial, ya que la acción tuvo lugar un día después de la condena de Derek Chauvin por el asesinato de George Floyd.

 

“En su primer día en el cargo, Biden canceló Keystone XL. Ahora debe hacer lo mismo con la Línea 3, el oleoducto Dakota Access y todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles. No puede haber una acción climática significativa si no mantenemos todos los combustibles fósiles bajo tierra. Al hacerlo, Biden demostrará al mundo que Estados Unidos se toma en serio la necesidad de afrontar la crisis climática a gran escala y de centrarse en las comunidades más afectadas”, dijo Natalie Mebane, Directora de Políticas de 350.org.

La Cumbre sobre el Clima organizada por Biden representó una oportunidad clave para que los líderes mundiales se comprometieran con ambiciones climáticas audaces y transformadoras antes de la COP26 que se celebrará en Glasgow el próximo mes de noviembre. En esta misma ciudad también se ha instalado una proyección del reloj del clima. Biden y los gobiernos del mundo deben aumentar drásticamente los objetivos de reducción de emisiones para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados. Para lograrlo, deben mantener los combustibles fósiles en el suelo, evitando así todos los nuevos proyectos de exploración y explotación.

“La Cumbre sobre el Clima de Biden es una gran oportunidad para que la administración ponga fin a todos los proyectos de combustibles fósiles que amenazan nuestras tierras sagradas, el Manoomin (arroz silvestre), los tratados y las aguas. No existen oleoductos de combustibles fósiles seguros -todos tienen fugas- y no hay tiempo para retrasar una acción climática audaz que proteja a mi comunidad y a las comunidades de todo Estados Unidos, dijo Silas Neeland, de la Nación Tierra Blanca.

Morgan Brings Plenty, Pasante de Redes Sociales de la Red Ambiental Indígena, añadió: El Dakota Access es un oleoducto operado ilegalmente: nunca tuvo todos los permisos necesarios. Hoy Biden tiene la autoridad para cerrarlo. Sí, el primer día cerró Keystone XL, pero también debe cerrar todos los oleoductos de Trump, incluyendo DAPL, Línea 3 y Mountain Valley. No aceptaremos menos que el cierre completo y la eliminación de DAPL. Que respete nuestra existencia o espere nuestra resistencia”.

Viajé desde el callejón del cáncer hasta Washington D.C. porque nuestra comunidad está siendo envenenada por las industrias del petróleo, el gas y las petroquímicas, dijo Sharon Lavigne, Fundadora y Directora de RISE St. James. Estamos luchando por nuestra supervivencia. El Presidente Biden debe cumplir su promesa de hacer frente al cambio climático y al racismo medioambiental revocando los permisos para el complejo petroquímico propuesto por Formosa Plastics en St. James, y estableciendo una moratoria sobre todas las plantas petroquímicas nuevas y en expansión.

Mientras las comunidades continúan reconstruyendo y recuperándose de las crisis compuestas por el COVID-19, la injusticia racial y económica y los devastadores desastres climáticos, estamos enviando una clara señal a la administración Biden-Harris: no basta con “reconstruir mejor”, sino que exigimos una Recuperación Justa para reconstruir sin fósiles.

“Como una joven negra y ecologista, tengo claro que Biden debe ser decidido y proactivo en sus acciones para evitar lo peor de la crisis climática”, dijo Elsa Mengistu, Consultora de Justicia Climática. “Ante todo, debemos mantener los combustibles fósiles bajo tierra. Las comunidades que conforman todo lo que soy son las que están soportando el peso de esta crisis climática y por eso pido soluciones integrales, conscientes de la comunidad, que no nos dejen atrás. Si de verdad queremos hacer frente a esta crisis exponencial, creo que es imperativo que Biden se centre en las comunidades de color y en las soluciones creadas por las comunidades en su acción climática”.

 

Crédito de las imágenes: Laura Beth Pelner / Movement Catalyst