350 está construyendo un futuro justo, próspero, equitativo y seguro ante los efectos del cambio climático.
Somos un movimiento internacional de personas comunes que trabajan para poner fin a la era de los combustibles fósiles y construir un mundo con energía renovable liderada por las comunidades para tod@s.
Así es como lo conseguiremos:
Acelerar la transición a una nueva economía de energía limpia y justa apoyando soluciones de energía lideradas por la comunidad.
Detener y prohibir la construcción de todos los proyectos de petróleo, carbón y gas, a través de resoluciones locales y resistencia comunitaria.
Teminar con la licencia social y el financiamiento para las compañías de combustibles fósiles — desinvertir, retirar sus patrocinios y retirarles los fondos.
La crisis climática es inmensa – debemos ser osados y valientes para responder a ella. Adoptamos nuevos experimentos y soluciones, reconociendo que esta crisis requiere de nuevas formas de resolver los problemas.
La lucha contra el cambio climático es una lucha por la justicia. La gente alrededor del mundo está sintiendo los impactos, pero las personas que más sufren son quienes menos han hecho para causar el problema.
Nuestro trabajo — y la forma en que lo hacemos — tiene que abordar esa injusticia. Eso significa escuchar a las comunidades más afectadas, amplificar las voces que están siendo silenciadas y seguir el liderazgo de quienes se encuentran en la primera línea de la crisis.
Cuidamos de nosotros y de nuestras comunidades, honramos al otro con el enfoque no violento de nuestro trabajo y compartimos ese espíritu y aprendizaje con otros.
Nadie tiene todas las respuestas, por lo que valoramos la experiencia y el conocimiento de nuestros socios y nuestras comunidades. Es por eso que escuchamos a nuestras comunidades y a nuestros aliados para aprender y evolucionar juntos.
El cambio climático no es solo una cuestión medioambiental, o una cuestión de justicia social, o una cuestión económica - es todas esas cosas a la vez. La única forma en que seremos lo suficientemente fuertes para presionar a los gobiernos y enfrentarnos a la industria de los combustibles fósiles, es si trabajamos juntos.
Eso significa que tenemos que reunir a la gente y formar coaliciones diversas - desde estudiantes hasta sindicatos, grupos de derechos humanos y justicia social; desde comunidades marginalizadas y grupos religiosos, hasta universidades, dueños de negocios y todas las personas que creen en la necesidad de un cambio transformador.
Para garantizar la integridad de nuestro trabajo, nos esforzamos por ser transparentes y abiertos, al mismo tiempo que respetamos el derecho a la privacidad de todos y garantizamos la seguridad de las personas.
Somos responsables entre nosotros, con las personas y los grupos con los que colaboramos y con aquellas personas afectadas por nuestro trabajo. Nos esforzamos por honrar las relaciones que construimos unos con otros.
350.org fue fundada en Estados Unidos en 2008 por un grupo de amigos de la universidad, junto con el escritor Bill McKibben, quien escribió uno de los primeros libros sobre el calentamiento global dirigido al público en general, con el objetivo de crear un movimiento climático global. 350 se llama así por las 350 partes por millón -- la máxima concentración segura de dióxido de carbono en la atmósfera.
Nuestras primeras acciones fueron jornadas globales de acción que unieron a activistas y organizaciones en todo el mundo, incluyendo el Día Internacional de Acción Climática de 2009, la Fiesta Global del Trabajo en 2010 y Planeta en Movimiento en 2011 Rápidamente, 350 se convirtió en una colaboración a escala planetaria de organizadores, grupos comunitarios y gente normal luchando por el futuro.Hoy, 350 trabaja en campañas de base en todo el mundo: desde la oposición a las plantas de carbón y mega-oleoductos hasta la construcción de soluciones de energía libre y cortar los lazos financieros de la industria de los combustibles fósiles. Todo nuestro trabajo potencia el poder de la gente para desactivar la influencia e infraestructura de la industria de los combustibles fósiles.
Algunos de los momentos que más nos enorgullecen de los últimos años incluyen las campañas contra los oleoductos Keystone XL y Dakota Access en los Estados Unidos, parar el fracking en cientos de ciudades y estados en Brasil, formar parte de las históricas movilizaciones de base antes y después de la firma del Acuerdo Climático de París, y conseguir que cientos de universidades, fundaciones, ciudades e iglesias hayan desinvertido de los combustibles fósiles.