Una de las cuestiones en las que más se centra el movimiento climático es la sustitución de los combustibles fósiles por fuentes de energía justas, seguras y sostenibles como la solar, la eólica e incluso la geotérmica. Sin embargo, para que esta ambiciosa transición avance, es necesaria una fuerza crucial: el dinero, la financiación conocida como financiación climática.
¿Qué es exactamente la financiación climática y por qué es tan importante para una transición energética justa?
Comenzaremos por lo más básico para responder a todas tus preguntas más apremiantes sobre financiación climática.
¿Qué es el financiamiento climático?
La financiación climática se refiere al dinero que se destina a sufragar acciones que protegen el futuro de nuestro planeta. Aunque no existe una única definición de este término, la que propone la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climatico (CMNUCC), un tratado internacional, cuenta con un amplio consenso: la financiación local, nacional o transnacional destinada a sufragar acciones para la mitigación y la adaptación al cambio climático.
¿De dónde proviene la financiación climática?
La financiación climática tiene varios orígenes. A continuación, destacamos los principales:
Recursos públicos
Los recursos públicos destinados a iniciativas climáticas proceden de los presupuestos gubernamentales, que distribuyen el dinero recaudado mediante impuestos. Estos fondos se destinan a diversos proyectos relacionados con el clima a través de subvenciones, subsidios y financiación directa. Por ejemplo, el Fondo Verde para el Clima (FVC) recibe aportaciones de países como Estados Unidos, Alemania o Japón. Con este dinero, se financian proyectos en países en desarrollo para, por ejemplo, construir infraestructura resiliente o prestar apoyo a la agricultura sostenible para combatir el cambio climático.
Bancos de desarrollo
Los bancos de desarrollo como el Banco Mundial o el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) proporcionan financiación específica para proyectos relacionados con el clima. Ofrecen préstamos con bajos intereses, subvenciones y asistencia técnica para esfuerzos infraestructurales y de desarrollo a gran escala. Por ejemplo, estos bancos sufragan proyectos de infraestructura de energía renovable como los parques eólicos en la India o las centrales de energía solar en Tailandia. El capital de estos bancos procede de sus Estados miembros, de aportaciones tanto públicas como privadas y de los mercados financieros.
Inversiones del sector privado
Las empresas del sector privado, movidas por sus estrategias empresariales y por la responsabilidad social corporativa, invierten en tecnologías y prácticas sostenibles. Entre estas inversiones encontramos la financiación directa de proyectos, el capital de riesgo para iniciativas en materia de sostenibilidad o los bonos corporativos. Por desgracia y por irónico que pueda parecer, muchas de las empresas responsables de las crisis climáticas (y de la financiación de los combustibles fósiles) son también de las que más invierten en energía sostenible. Amazon, por ejemplo, es uno de los mayores inversores corporativos en energía renovable, con más de 100 nuevos proyectos de energía solar y eólica financiados en 2023; Tesla invierte en la producción de vehículos eléctricos y en el desarrollo de la tecnología de las baterías; y Google financia proyectos de energía renovable como parques eólicos o solares para alimentar sus centros de datos. Su rama filantrópica, Google.org, ha invertido en proyectos de energías renovables en beneficio de comunidades con un abastecimiento insuficiente. A modo de ejemplo, Google.org invirtió 2,75 millones de dólares en subvenciones a proyectos de energía renovable en el África Subsahariana con el objetivo principal de abastecer de energía limpia a escuelas, centros sanitarios y hogares. Inversiones como esta se financian mediante los beneficios de las empresas, los mercados de capital y los inversores de empresas privadas.
Aportaciones filantrópicas
Provienen de fundaciones y organizaciones benéficas que sufragan tanto la investigación e innovación como las reivindicaciones climáticas. Esta financiación se traduce en subvenciones, donaciones y dotaciones. Por ejemplo, la Fundación Bill&Melinda Gates apoya la investigación en prácticas agrícolas sostenibles y la innovación en tecnología de energía renovable para abordar los efectos del cambio climático. El dinero de estas aportaciones procede de donaciones privadas, dotaciones y actividades de recaudación de fondos.
Aprovechar esta combinación de recursos públicos, financiación de bancos de desarrollo, inversiones del sector privado y aportaciones filantrópicas hace posible que soluciones climáticas integrales y sostenibles terminen llevándose a la práctica. Cada fuente de financiación desempeña un papel fundamental a la hora de activar los recursos necesarios para abordar el cambio climático a nivel global.
¿A qué se destina la financiación climática?
La financiación climática cumple tres finalidades fundamentales:
1. Mitigación
Consiste en esfuerzos para reducir la contaminación del aire o la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que atrapan el calor y contribuyen a la crisis climática, de manera que podamos mantener el calentamiento global al mínimo.
Objetivo: reducir gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global.
Ejemplos:
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- emprender la transición a fuentes de energía renovable como la solar o la eólica;
- poner en marcha proyectos de reforestación para absorber CO2 y restaurar ecosistemas;
- fomentar el uso de vehículos eléctricos para reducir las emisiones del transporte;
- instalar parques solares de gran tamaño para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
El progreso de la mitigación se mide mediante dos objetivos climáticos: limitar el calentamiento global a 1,5 °C para prevenir daños climáticos irreversibles. Para lograrlo, debemos alcanzar el cero neto, que supone no emitir más carbono a la atmósfera:
2. Adaptación
Comporta cambios en los sistemas naturales o humanos para hacer frente a cambios climáticos que ya se están produciendo o está previsto que se produzcan. De esta manera, se reducen los daños y se aprovechan nuevas oportunidades.
Objetivo: reducir la vulnerabilidad e incrementar la resiliencia a los efectos del cambio climático.
Ejemplos:
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- plantar cultivos resistentes a la sequía para garantizar la seguridad alimentaria en regiones áridas;
- construir techos verdes en zonas urbanas para reducir el efecto isla de calor y aprovechar el agua pluvial;
- construir diques contra inundaciones para proteger a las comunidades costeras del aumento del nivel del mar.
Ahora mismo, los efectos del cambio climático como el aumento del nivel del mar suponen una amenaza para la supervivencia de varias pequeñas naciones insulares. Las medidas de adaptación como la infraestructura resiliente y los sistemas de alerta temprana son fundamentales para proteger vidas. Aunque son algunas las naciones que necesitan que se actúe con urgencia, el uso de combustibles fósiles guarda una relación inextricable y directa con el bienestar de todas las personas. En este artículo encontrarás más información acerca de los efectos negativos que los combustibles fósiles tienen sobre nosotros.
3. Pérdidas y daños
Con este término, se hace referencia al dinero que se destina a sobrevivir a los efectos del cambio climático que no se pueden evitar mediante esfuerzos de adaptación o mitigación.
Objetivo: abordar los efectos del cambio climático que no se pueden evitar y prestar apoyo a quienes los sufren.
Ejemplos:
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- pérdidas económicas por daños en propiedades derivados de fenómenos meteorológicos extremos;
- perjuicios no económicos como, por ejemplo, la pérdida de biodiversidad, de patrimonio cultural o de vidas humanas;
- disminución del territorio de naciones insulares debido al aumento del nivel del mar;
- comunidades desplazadas por graves fenómenos climáticos.
Un ejemplo de financiación climática en la práctica
Supuesto. Imagina un pueblo remoto sin un suministro fiable de electricidad, que depende de fuentes de energía contaminantes como las lámparas de queroseno. Esta comunidad está expuesta a riesgos para su salud derivados de la contaminación del aire en interiores y a cargas económicas por el elevado coste del queroseno. Una ONG local advierte la necesidad de una solución sostenible y colabora con una agencia internacional de desarrollo para conseguir financiación climática.
Reunir la financiación climática. Los recursos proceden de varias fuentes. En primer lugar, una agencia internacional de desarrollo ofrece una subvención para cubrir los costes iniciales del proyecto, entre los que se encuentra el equipamiento y las instalaciones. Por su parte, una fundación filantrópica contribuye con más recursos para formación y mantenimiento de manera que la comunidad pueda gestionar el sistema por sí misma. Por último, un inversor de impacto ofrece un préstamo con bajos intereses para cubrir cualquier posible vacío financiero con la expectativa de obtener modestos rendimientos de la venta de energía a los habitantes del pueblo.
Emplear la financiación climática. Con estos fondos, la ONG inicia el proyecto, que implica amplias consultas comunitarias y participación voluntaria. A través de esfuerzos de colaboración con los residentes locales, la ONG establece un sistema de microrred solar en la aldea asegurando que las necesidades y perspectivas locales estén completamente integradas en el diseño y la implementación del proyecto. El sistema de microrred solar recolecta energía del sol para alimentar los hogares y negocios del pueblo.
Beneficios. El proyecto, además de abastecer a la comunidad de electricidad limpia y fiable, elimina la necesidad de lámparas de queroseno y disminuye de manera considerable las emisiones de gases de efecto invernadero. Este cambio contribuye a los esfuerzos generales de mitigación al reducir la huella de carbono de la comunidad. Además, la micro-red de energía solar mejora la resiliencia del pueblo a la inseguridad energética, un aspecto fundamental de la adaptación climática. El suministro fiable de electricidad contribuye a la mejora de la atención sanitaria, la educación y las oportunidades económicas, con el consiguiente aumento general de la calidad de vida.
Aunque el proyecto se centra principalmente en la mitigación, aborda las pérdidas y daños de forma indirecta. Al prevenir problemas de salud derivados del uso de queroseno y reducir la carga económica que soportan los hogares, el pueblo evita costes sanitarios y de degradación ambiental a largo plazo.
Aprendizajes. De esta manera, la financiación climática procedente de varias fuentes hace posible que el pueblo emprenda la transición a la energía sostenible, lo que demuestra el potente impacto del apoyo financiero coordinado a la hora de fomentar comunidades resilientes y sostenibles.
Conclusión
En realidad, existen muchos proyectos similares a pequeña y gran escala en muchas naciones, sobre todo en países en desarrollo y del conocido Sur Global, que necesitan recibir financiación cuanto antes. ¿Cómo podemos movilizar todo este dinero? ¡Has acertado! Mediante la financiación climática.
Se prevé que el consumo de electricidad y, en consecuencia, la contaminación por carbono aumente unas tres veces más rápido en las economías en desarrollo que en las avanzadas. Por este motivo, debemos invertir con urgencia en las fuentes de energía renovable a la vez que retiramos la financiación de los combustibles fósiles para orientar a estos países hacia el cero neto de emisiones. En la siguiente publicación de esta serie, analizaremos cómo nuestrxs líderes e instituciones internacionales están aunando fuerzas para garantizar un flujo de financiación climática suficiente que sufrague proyectos de mitigación, adaptación y pérdidas y daños en todo el mundo.
Fuentes: