Dunedin está más cerca de la Antártida que de Estados Unidos, pero esta preciosa ciudad se ha unido hoy a las 23 ciudades de EE.UU y también a una villa holandesa, anunciando que va a dejar de invertir en combustibles fósiles.

El Ayuntamiento acordó en votación el pasado martes eliminar las inversiones destinadas a extracción de combustibles fósiles, que en actualidad alcanzan un valor cercano a los 2 millones de dólares, así como impedir inversiones futuras en combustibles fósiles con cargo a su fondo de inversión “Waripori” de 75 millones de dólares. El movimiento ve en la ciudad de Dunedin la primera ciudad de Nueva Zelanda que deja de invertir en combustibles fósiles por razones éticas y relacionadas al cambio climático.

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Este paso que ha dado el Ayuntamiento de Dunedin llega en un momento en que el gobierno conservador de Nueva Zelanda, dirigido por el primer ministro John Key, ha estado impulsando planes desesperados para ampliar la extracción de combustibles fósiles a lo largo de Nueva Zelanda. Además, el resultado de esta votación, las propuestas de poner fin a la inversión por parte de 5 diócesis anglicanas en Nueva Zelanda en septiembre pasado, y los varios meses de campaña contra la mina de carbón en Denniston, así como la excavación petrolera en mar abierto, reflejan la creciente inquietud acerca de los planes sobre combustibles fósiles del Gobierno.

Durante estos últimos meses también el banco australiano Westpac ha estado sometido a presión para que ponga fin a las inversiones. Los grupos haciendo campaña contra el cambio climático, como 350 Aotearoa–el equipo neozelandés de 350.org–y Coal Action Network Aotearoa (Grupo de Acción Contra la Minería de Carbón de Aotearoa), están expresamente llamando la atención de Westpac para que detenga la financiación de la empresa Bathhurst Resources cuyo proyecto de minería del carbón, previsto en el altiplano de Denniston y sus alrededores, pasaría a ser uno de los mayores nuevos emisores de CO2 de Nueva Zelanda.

Según las palabras de la coordinadora local de 350 Aotearoa, Ashlee Gross, “ha llegado la hora de que Westpac dé la cara y asuma la responsabilidad por el impacto de sus inversiones, como hoy lo ha hecho la ciudad de Dunedin. La financiación de las compañías petroleras, de carbón y de gas tiene un gran repercusión, bien sea en las posibilidades de esas compañías de seguir o no adelante con planes que nos lleven a superar con creces el umbral máximo de seguridad de CO2 en nuestra atmósfera, o bien de que empecemos a ponernos serios con respecto a la transición hacia las energías limpias.”

Durante las últimas semanas este aumento del descontento a nivel local ha sido respaldado por el creciente movimiento global para dejar de invertir en combustibles fósiles. La semana pasada la Universidad de Stanford anunció su intención de retirar su fondo de subvenciones de 18 mil millones de dólares americanos de las inversiones en carbón. Dos semanas antes BlackRock, el gestor de fondos más grande del mundo, anunció planes para crear un fondo excluyendo a los combustibles fósiles.

La política de las inversiones éticas del Ayuntamiento de Dunedin excluirá formalmente las industrias de armamento, tabaco, extracción de combustibles fósiles, juego y pornografía de su cartera de inversiones. ¡Con una política de inversiones así, sí que se llega a hacer tentador vivir en Dunedin!