Eso es grande. Realmente grande. El Papa Francisco acaba de pedir una acción colectiva urgente para reparar nuestra Casa Común, y dio su bendición a los “grupos de presión ciudadanos” antes de la Cumbre Global de Acción Climática, que se celebrará en septiembre en California. ¡Esa bendicion es para nosotros!
Días antes de la Cumbre, vamos a poner esa presión en acción en una movilización global que unirá a ciudadanos en todos los rincones del mundo. El 8 de septiembre y en los días próximos a la fecha, miles de personas van a reunirse para exigir que los líderes locales y nacionales tomen medidas realmente ambiciosas para combatir el cambio climático. Nuestra petición es para que ellos se comprometan verdaderamente con un mundo libre de fósiles.
Una semana antes del encuentro de los líderes mundiales en San Francisco para la Cumbre Global de Acción Climática, nos vamos a movilizar para mostrar que el verdadero liderazgo climático significa nada menos que una transición rápida y justa hacia las energías 100% renovables, libres y accesibles para todos. Esto quiere decir poner un fin inmediato en cualquier nuevo proyecto con combustibles fósiles, además de una quiebra de todos los vínculos financieros con la industria fósil.
Vamos a exigir que los gobernantes locales y nacionales tomen medidas concretas y urgentes para impedir los cambios climáticos, y cada acción, sea grande o pequeña, ayudará a impulsar esa demanda.
Esta movilización no es sólo sobre lo que se decide en los corredores del poder en la propia Cumbre, sino también sobre la ola de victorias y compromisos que se pueden hacer en nuestras propias ciudades, comunidades, universidades, instituciones locales o lugares de culto.
Nos corresponde a nosotros hacer de ese encuentro global más que un estrado político. Nuestra movilización masiva enviará un mensaje poderoso y necesario de que las poblaciones y comunidades se están levantando en todas partes para detener los combustibles fósiles y exigen un liderazgo climático real en la Cumbre y más allá de ella.
El llamamiento del Papa va a reverberar en todo el mundo, influenciando a católicos y no católicos, y necesitamos aprovechar esta oportunidad para avanzar. Vamos juntos el 8 de septiembre.
¡Únete a nosotros por el clima!