El Papa Francisco cumplió ayer, el 13 de Marzo, cinco años como jefe supremo de la Iglesia Católica y del Vaticano. Desde que fué elegido en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, Francisco ha prestado una especial atención a las nuevas generaciones y al cuidado del Medio Ambiente, preocupado por la grave situación de la Madre Tierra. Es el primer Papa en abordar el tema de la ecología en el sentido de una ecología integral, expresada en su gran obra, la Encíclica Laudato Si, en donde manifiesta que “basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra Casa Común”.
En su carta, Francisco alerta sobre el desafío urgente de proteger nuestra Casa Común para lo cual necesitamos de una conversión ecológica global. Para ello, señala el Papa, “debemos salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos hundiendo”, y concluye que “no se trata de una reforma (…) sino de un nuevo comienzo”, proponiendo generar una mística que movilice a las personas a vivir en equilibrio ecológico.
Poco antes de la publicación de la Encíclica, el Papa Francisco adhirió a la campaña global contra el fracking, a pesar de las fuertes presiones recibidas por parte de corporaciones petroleras, que pretendían que el texto no incluyera las conclusiones científicas sobre los efectos de la actividad humana de explotación de combustibles fósiles como causantes del calentamiento global y de la consecuente afectación del clima.
Para Nicole Figueiredo de Oliveira, directora de 350.org Brasil y América Latina, ese compromiso y coraje demostrado por el Sumo Pontífice significó la posibilidad de promover una gran campaña de desinversión en combustibles fósiles, que también logró involucrar a varios órganos de la Iglesia Católica.
“La diócesis de Umuarama, en Brasil, por ejemplo, fue la primera Diócesis y la primera institución de América Latina en anunciar públicamente su compromiso con la desinversión, poniendo en marcha el proyecto de convertirse en una Diócesis de Bajo Carbono, que influenció diversas otras instituciones católicas además de haber movilizado a miles de fieles en torno a la causa, como durante la Gran Vigilia por la Creación y los Refugiados Climáticos, realizada el año pasado”, agregó.
Por su parte, el coordinador de 350.org América Latina, Juan Pablo Olsson, afirmó que, “como balance de estos cinco años, valoramos enormemente la adhesión del Papa Francisco a la lucha global contra el fracking, que ha permitido concientizar y convocar a amplios sectores religiosos y no religiosos de la sociedad a unirse en defensa del agua y de la vida. Cuando decidió acompañar, nos transmitió la convicción de que lo hacía por el bien de la humanidad, afirmando que estamos ante una crisis de alta gravedad civilizatoria”
El coordinador de campañas de 350.org Brasil y uno de los fundadores de la Coesus Latinoamericana, Juliano Bueno de Araújo, señaló que “el compromiso del Papa Francisco con el cuidado del medio ambiente significó, tanto en Brasil como en el resto de los países de América Latina, una gran vitalización de los movimientos ambientales. Y específicamente en la lucha contra el fracking, su aporte fue esencial para poner un freno a la voracidad de las empresas petroleras.”
A su vez, reforzando la lucha por el cuidado del medio ambiente en los países latinoamericanos, se dió a conocer en Argentina una Carta Abierta que la Comisión Episcopal de Pastoral Social dirigida a Juan José Aranguren, Ministro de Minería y Energía, donde se cuestiona duramente la intención de algunos funcionarios del gobierno en avanzar en la modificación de la Ley de Glaciares para promover explotación de megaminería en la zona cordillerana.
Ante la gravedad que ha ido adquiriendo el calentamiento global y la crisis ambiental en todo el mundo, la imagen y los mensajes del Papa Francisco figuran como un faro que arroja luz a la necesidad de unirse y trabajar juntos en defensa de la vida y con la conciencia que está en riesgo la supervivencia humana en el planeta.