El Observatorio Petrolero Sur publicó este año un informe sobre las reservas de hidrocarburos no convencionales en Argentina.

En su editorial del mes de marzo nos explica por qué la explotación de estos combustibles fósiles no convencionales reprenta un peligro para el medio ambiente, las cuencas hídricas y la salud pública. Aquí les compartimos un extracto:

¿Novedad o el horror potenciado?

La voracidad energética del capitalismo continúa haciendo de las suyas. Diversos gobiernos y empresas están dando un fuerte impulso al desarrollo de los denominados yacimientos no convencionales -arenas bituminosas, petróleo y gas de pizarra o esquisto (shale gas y shale oil) y gas de arenas profundas/ compactas (tight gas)- a pesar de que requiere una ocupación más extensa e intensa del territorio, la utilización de grandes cantidades de agua y químicos de alta toxicidad, y que las tecnologías empleadas para su extracción redoblan el impacto generado por las explotaciones tradicionales.

La “revolución energética” que los no convencionales iniciaron en Estados Unidos a principios de milenio ha sido exportada al resto del mundo por las autoridades de la potencia del Norte a partir de la Iniciativa Global de Gas de Esquisto (Global Shale Gas Iniciative). De la noche a la mañana, Argentina se convirtió en la tercera reserva mundial de shale gas detrás de EE.UU. y China, generando un verdadero frenesí en las provincias con mayores dotaciones del recurso. En las cuencas tradicionales y hasta en ¡Entre Ríos! ha comenzado una carrera similar a la que se vive en otras regiones de América, Europa, Asia, África y Oceanía.

[OPSur] Fractura Expuesta: Yacimientos no convencionales en Argentina