Desde la Amazonía hasta el sureste de Brasil, sin importar la región geográfica, los diferentes pueblos indígenas tienen una riqueza cultural que unifica y nos lleva a la defensa de la cultura ancestral y el medio ambiente. Esta es la conclusión a la que llegó la joven Ricarda Wapichana del Territorio Indígena Manoá-Serra da lua, en Roraima, quien acaba de graduarse en Pedagogía en la Universidad Estadual Paulista (UNESP) y, sin embargo, no deja de recordar los vínculos que mantiene con su educación indígena.
“Mi trabajo, desde temprana edad, estuvo relacionado con la cocina tradicional de mi pueblo, con el arte y la cultura, con gráficas y pinturas hechas por niños y adultos. Es la manera que encontré para hablar sobre mis raíces, los derechos indígenas y el medio ambiente”. Uno de los resultados de la sensibilización que genera su trabajo es el intercambio de experiencias que realiza con un grupo de cerca de 300 participantes en el Colectivo de Mujeres Indígenas del Estado de São Paulo, que reúne a diferentes pueblos de Brasil. Su lema: “por ellas y por todos (los indígenas), ningún derecho menos”.
Para lograr este objetivo, Ricarda Wapichana fue una de las organizadoras del Encuentro de Mujeres Indígenas de São Paulo que sucedió el año pasado. El evento tuvo lugar en una aldea del pueblo guaraní, en Jaraguá, que reunió a unas 200 indígenas de diferentes pueblos, incluso también provenientes de Bolivia. En aquella oportunidad realizaron una marcha hacia el centro de la capital paulista.
“Cuando las mujeres indígenas estamos unidas, no hay forma de derrotarnos. Nuestras principales preocupaciones se centran en la demarcación de las tierras. Nuestros parientes en São Paulo fueron prácticamente tragados por las carreteras, por eso, otra de nuestras preocupaciones es también la invisibilidad. Los parientes, habitantes o no de las aldeas, debemos ser respetados. Todos merecemos una vida saludable. Quienes están en las grandes ciudades son ‘pájaros’ que sobreviven valientemente en esos bosques grises. Somos 375 pueblos y 274 lenguas. En esta diversidad cultural, tenemos especificidades. Por eso creemos en un conocimiento que sea transmitido a través de los indígenas, siendo ellos los propios protagonistas de sus historias”, destaca Wapichana.
“¿Será que en el futuro sólo veremos la naturaleza en la portada de las revistas y en los diseños? Con los incendios y las quemadas que destruyen el Amazonas, nuestra fauna y flora están muriendo y son esenciales para nuestros pueblos. Intentamos alertar sobre esto, haciendo también de la artesanía una actividad sustentable. Nos ocupamos de la fibra del buriti. Aquí, en São Paulo, el pueblo guaraní también utiliza la taquara, resaltando que debe ser conservada”.
El cambio climático es analizado con preocupación por Wapichana. “Nuestros ríos en Roraima nunca se secaban. El río Branco, cerca de mi aldea, tiene su lecho casi separado. Se convirtió en un arroyo. El cambio climático está interfiriendo allí. Es muy chocante. Los animales comienzan a morir. Toda la sociedad se ve afectada, la gente sin agua no puede sobrevivir”. Los Wapichana viven entre Roraima y Guyana y hoy son más de 13 mil individuos.
Entre su fuerza y determinación por la defensa de los derechos y la delicadeza culinaria, los que prueban el “beiju” con yuca rallada y tucupi en el pescado de la joven Wapichana entran en la historia de sus antepasados y de alguna manera logran vislumbrar la riqueza ambiental amazónica que defiende.
Imagen: Rede Século 21
“Esta también es una forma de presentar nuestros desafíos. La Amazonia está todavía muy romantizada, muchos familiares están enfermos y necesitan apoyo. La sociedad en su conjunto necesita revisar la forma de producir y manejar la tierra”, dice. Una de sus principales preocupaciones son los efectos de grandes obras, como la BR-174 (Manaus-Boa Vista) en la Amazonía, que ejercen presiones sobre diferentes pueblos, como es el caso de los Waimiri-Atroari y los Yanomami.
“Cada pueblo tiene su propia manera de organizarse en la sociedad y eso debe ser respetado. En la región de Serra da Lua, vivimos con animales y tenemos una manera respetuosa de tratar con el medio ambiente, del cual somos parte. El samaúma, por ejemplo, es un árbol sagrado para nosotros y está en extinción. Nuestra lucha es vivir en armonía, sin excluir a nadie, en estos tiempos de mucha presión en los que nos encontramos”, concluye.
Ricarda Wapichana fue una de las invitadas de los Diálogos Envolverde, este mes, que trató el tema “Una mirada sobre la Amazonía”.
Acerca de 350.org Brasil y la causa climática
350.org es un movimiento global de personas que trabajan para poner fin a la era de los combustibles fósiles y construir un mundo de energía renovable gratuita, dirigida por la comunidad y al alcance de todos. Nuestras acciones buscan inhibir la aceleración del cambio climático por la acción humana, y esto incluye el mantenimiento de los bosques.
Desde su inicio, 350.org ha trabajado en temas de cambio climático y la lucha contra los fósiles con comunidades indígenas y otras comunidades tradicionales a través del Programa Indígena 350 y ha fortalecido su posición en defensa de las comunidades afectadas a través de la campaña Defensores Climáticos.
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Sucena Shkrada Resk — Periodista ambiental, experta en política internacional, medio ambiente y sociedad. Es Digital Organizer de 350.org Brasil
Traducción: Rocío Rodríguez Almaraz