Desde principios de septiembre, han aparecido mareas negras en las playas de los nueve estados del noreste de Brasil. Hasta la fecha, se han registrado más de 150 localidades contaminadas en 68 municipios. Según el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), esta misma sustancia está contaminando la costa brasileña.
Para investigar el origen del crudo -sin ningún tipo de proceso- que se extiende por la costa brasileña, además de Ibama, están actuando el Ministerio del Medio Ambiente, el Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal (DF), la Armada y Petrobras –que recientemente señaló que no es responsable por el material encontrado-. Existe la sospecha de que el material fue vertido por petroleros tras la limpieza de los tanques.
Según un comunicado del secretario de Medio Ambiente y Sustentabilidad de Pernambuco, José Bertotti, los responsables del problema podrían pagar una multa de entre 5 y 50 millones de reales por delitos ambientales.
El petróleo crudo es una mezcla de hidrocarburos con concentraciones variables de azufre, nitrógeno, oxígeno y metales.
El material tóxico es extremadamente peligroso tanto para la vida marina como para los seres humanos. Además de evitar el contacto directo con las manchas en las playas, también se recomienda no consumir pescado y otros mariscos provenientes de las regiones afectadas.
Mientras no se contenga, la situación hará imposible la pesca y las actividades marítimas de estas localidades, afectando no sólo al medio ambiente sino también a la economía del nordeste brasileño que, con la llegada de la primavera, se encuentra en el inicio de la temporada alta y suele recibir un gran número de turistas.
“Una vez más estamos siendo testigos de una contaminación inconmensurable. La industria de los combustibles fósiles aún no ha comprendido que el planeta ya está agotado y no pueden continuar estos impactos. Se habla mucho de desarrollo, pero sólo vemos una inversión en prácticas que traen aún más problemas al medio ambiente y a la economía local”, dice Juliano Bueno de Araújo, Director Asociado de Campañas de 350.org Brasil.
Bueno también señala que el caso es importante para recordar lo que la industria fósil podría haber hecho con el Parque Nacional Abrolhos, ubicado en Bahía, que se hubiera visto afectado por la contaminación si los bloques de las cuencas Camamu-Almada y Jacuípe hubieran sido subastados para su exploración en la XVI Ronda de Licitaciones de Exploración y Producción de Petróleo y Gas Natural, que se llevó a cabo el miércoles pasado (10).
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Paulinne Giffhorn | [email protected]
Traducción: Rocío Rodríguez Almaraz