“Sin precedentes” y “extrema” son dos términos usados por los meteorólogos para describir la actual ola de calor invernal en Europa, donde países como Polonia, Dinamarca, la República Checa, Países Bajos, Bielorrusia, Lituania y Letonia, entre otros muchos, han vivido el día de Año Nuevo más caluroso jamás registrado este pasado fin de semana. Alemania, Francia y España también han experimentado temperaturas cálidas sin precedentes para el mes de enero.
Descrita por el climatólogo Maximiliano Herrera como “el fenómeno más extremo en toda la historia de Europa”, esta ola de calor invernal viene a recordarnos que el calentamiento global provocado por el hombre se está acelerando rápidamente y está potenciando este tipo de condiciones climáticas inusuales.
Nicolò Wojewoda, Director Regional de 350.org en Europa, declaró
“Puede que un invierno cálido no provoque una destrucción tan inmediata y evidente como la causada por el calor extremo y las inundaciones que vimos en 2022 en todo el mundo, pero supone una nueva señal de alarma que nos advierte que no podemos seguir quemando combustibles fósiles”.
Este fenómeno se produce tras un verano con temperaturas récords en el conjunto de la UE, donde a mediados de 2022 una ola de calor arrasó el continente, causando miles de muertos..
También llega en un momento en que algunas zonas de Estados Unidos y Canadá se han visto afectadas por intensas tormentas de nieve que se han cobrado 60 vidas y han dejado a millones de personas sin electricidad.La ciudad de Búfalo, en el estado de Nueva York, se vio sepultada bajo una capa de nieve de 120 centímetros acumulada en un periodo de 72 horas a causa de los vientos árticos que barrían el continente.
El Ártico es una de las regiones del mundo que se está calentando más deprisa, y los científicos afirman que el cambio climático antropogénico está provocando una desestabilización del sistema atmosférico polar, desplazando el aire polar hacia el Sur a medida que el aire cálido es empujado hacia el Norte.
Thanu Yakupitiyage, Director Digital y de Comunicaciones de 350.org en EE.UU., declaró
“En Estados Unidos, no sólo los estados del norte se enfrentan a ventiscas letales, sino que las tormentas invernales dejaron sin suministro eléctrico a los estados del sur durante días. Cada año, esta situación está provocando muertes que podrían haberse evitado. Nuestra infraestructura energética está anticuada y no puede hacer frente a condiciones meteorológicas extremas; necesitamos mejorar nuestra infraestructura y emprender inmediatamente la transición hacia las energías renovables.”
La necesidad de una transición justa hacia las energías renovables
Los impactos climáticos afectan desproporcionadamente a las comunidades del Sur global, las cuales son las menos responsables del cambio climático provocado por los combustibles fósiles.
En marzo del año pasado, la India experimentó las temperaturas más altas jamás registradas en el país y, de junio a octubre, Pakistán sufrió unas inundaciones sin precedentes que afectaron a millones de personas. Un informe del Banco Mundial publicado el mes pasado indica que las olas de calor en la India pronto podrían “superar el límite de supervivencia humana”.
El calentamiento global inducido por los combustibles fósiles no hará sino aumentar la frecuencia y la gravedad de los eventos climáticos extremos, a menos que emprendamos una transición rápida y justa hacia una economía global basada en energías renovables.
La aceleración de las inversiones en energías renovables y en mecanismos para impulsar la resiliencia climática, la adaptación y la mitigación son esenciales para paliar los peores efectos del cambio climático. Esta transición debe producirse ahora.