Por Monica Davies,  29 de junio de 2015

La aparentemente obvia razón para plantar un árbol frutal sería obtener fruta. Pero en el condado de Murang’a en Kenia, pequeños propietarios agrícolas han descubierto varios beneficios adicionales para invertir en su medio ambiente:

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      • proporcionar puestos de trabajo
      • diversificar ingresos
      • impulsar la economía local
      • reforzar la diversidad
      • minimizar los impactos del cambio climático, como las avalanchas
      • ayudar a combatir el cambio climático

Samuel Ndung’u, pasó su infancia viendo a su padre plantar viveros de árboles frutales. Los árboles prosperaron y cuando su padre murió, Samuel duplicó sus esfuerzos para inspirar a su comunidad para que produjeran frutas en exceso.

Junto a su familia, el vivero de Samuel tiene más de 200.000 árboles frutales. Emplea directamente a 7 personas y ha vendido más de 600.000 árboles frutales desde 2010. La comunidad a su alrededor en Murang’a se ha unido a la práctica y se puede notar un efecto multiplicador en el florecimiento de los medios de subsistencia, la cobertura forestal, el suministro de alimentos y la conservación del suelo y el agua.

Antes, el condado de Murang’a era un punto constante de impacto del cambio climático. Lluvias irregulares causaban avalanchas en las laderas desnudas a causa de la deforestación. Vidas, tierras cultivable y ganados se perdían. Con la comunidad adoptando el cultivo de árboles frutales, la tendencia ha comenzado a revertirse.

Mira y comparte la inspiradora historia de Samuel (subtítulos del video en inglés):

(Gracias al Proyecto Survival Media por la historia).