A 29 de agosto de 2022, unos 33 millones de personas en 116 de los 160 distritos del país se han visto afectados por #FloodsInPakistan #InundacionesEnPakistán. Es decir, 1 de cada 7 pakistaníes. Más de 993.000 viviendas, 157 puentes y más de 3.500 kilómetros de carreteras han resultado dañados y se han perdido más de 700.000 cabezas de ganado.

 

En estos momentos, un tercio de mi país se encuentra bajo el agua: puentes, carreteras, escuelas y otras infraestructuras básicas se están hundiendo, y la gente se ve obligada a abandonar sus casas a toda prisa. Hay al menos 33 millones de personas desplazadas, es decir, 1 de cada 7 pakistaníes. Son 33 millones de sueños rotos, 33 millones de esperanzas truncadas y 33 millones de futuros destruidos como resultado de la devastación de sus tierras. Y no es ni siquiera su culpa.

 

Más de 30 millones de personas — casi la población de mi país — se han visto desplazadas por las inundaciones en Pakistán, una tragedia causada por un cambio climático del que Estados Unidos y Europa son abrumadoramente responsables. El capitalismo se está llevando por delante el futuro ante nuestros ojos.

 

Swat bypass road, Hayat Abad, Pakistan. Por favor, rueguen por ellos.

Pakistán es apenas responsable del 0,67% de las emisiones globales de carbono. Sin embargo, desde hace una década se encuentra entre los países más vulnerables al cambio climático. El país se enfrenta a tasas de calentamiento muy superiores a la media mundial y a fenómenos climáticos extremos cada más frecuentes e intensos.

Tan solo este año, todas y cada una de las regiones de Pakistán ha registrado numerosos fenómenos climáticos extremos. Entre los meses de marzo y junio, las provincias de Sindh, Baluchistán y el Punyab sufrieron olas de calor sin precedentes. En las regiones de Khyber Pakhtunkhwa y Gilgit-Baltistán, al norte del país, el deshielo de los glaciares provocó inundaciones por desborde violento de lagos glaciares (GLOF, por sus siglas en inglés). Ahora, las recientes inundaciones provocadas por unas lluvias monzónicas nunca antes vistas han causado estragos en todas las regiones de Pakistán, desde Gilgit-Baltistán y Khyber-Pakhtunkhwa hasta Sindh, el Punyab meridional y Baluchistán. Esta catástrofe climática ha resultado devastadora para los más marginados. Millones de personas siguen a la espera de alimentos, agua potable y refugio mientras los equipos de rescate se esfuerzan por llegar a estas comunidades aisladas.

He recibido una llamada de una mujer en Lasbela que me cuenta que las mujeres tienen que usar hojas de árbol como protección menstrual. Me duele profundamente no disponer de los medios ni de los recursos para ayudar a todas esas mujeres en las zonas afectadas por las inundaciones.

 

En un país ya lastrado por su pasado colonial y sumido en el colapso económico, las recientes inundaciones no han hecho sino agravar el desastre, provocando un fuerte aumento de la inflación y una masiva escasez de alimentos, debido a que las inundaciones han arrasado con los cultivos y el ganado. La actual crisis climática amenaza la supervivencia de Pakistán como país tradicionalmente agrícola.

Mientras Pakistán llora la destrucción y la devastación causadas por estos recientes fenómenos climáticos extremos, los países industrializados y posindustrializados del norte global deben rendir cuentas por su papel en estas catástrofes. Por nuestra propia supervivencia y para que el pueblo pakistaní pueda vivir una vida digna, la crisis climática merece más atención de la que hoy recibe, especialmente por parte de los países ricos, responsables del 90% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los grandes países emisores deben asumir su responsabilidad, además de rendir cuentas por la muerte y la destrucción que resultan directamente de sus acciones. El norte global y los multimillonarios del sector de los combustibles fósiles tienen las manos manchadas de sangre.

Los grandes emisores del norte global son los mismos países que colonizaron nuestras tierras durante cientos de años, mataron a nuestros ancestros y robaron nuestros recursos. Ahora han colonizado nuestra atmósfera en su afán de riqueza y desarrollo a costa de nuestras vidas y de nuestro entorno.

Las imágenes y los vídeos que llegan de la división de Malakand y de otros lugares son devastadores. Mis oraciones por todas las víctimas y damnificados. [⚠️ El vídeo incluye imágenes de personas arrastradas por el agua de las inundaciones].

Si esto es lo que supone para Pakistán un calentamiento de 1,1 grados centígrados, me aterra imaginar lo que nos depara el futuro. Puede que el aumento de la temperatura sea lineal, pero las catástrofes son exponenciales.

Teniendo que hacer frente a una catastrófica crisis humanitaria y a una crisis financiera de proporciones inimaginables, Pakistán se encuentra al borde del colapso económico total. Ya es hora de que los países altamente emisores paguen por las pérdidas y daños causados: deben ofrecer una compensación. No estamos pidiendo limosna ni un nuevo préstamo: necesitamos reparaciones climáticas. .

La muerte y la destrucción sufridas por Pakistán no pueden convertirse en otra estadística insignificante en este mundo codicioso y marcado por el ánimo de lucro.

Lo que puedes hacer:

Hay muchas maneras de hacer frente a la crisis climática, pero de momento, si quieres echar una mano de manera inmediata, aquí abajo puedes consultar un listado de las campañas de socorro y de los canales de donación activos:

Donar