Nuevo estudio delinea principios para gestionar la eliminación gradual de los combustibles fósiles
Global – Un nuevo estudio científico publicado en Climate Policy, cuyo título traducido al español es “Equidad, justicia climática y extracción de combustibles fósiles: principios para una eliminación gradual gestionada”aparece en un momento crucial en que los gobiernos afrontan esfuerzos sin precedentes para recuperarse de las crisis combinadas de la COVID-19 y el colapso del mercado del petróleo, en el contexto de la creciente emergencia climática.
Existe amplio reconocimiento de que debemos restringir el suministro de combustibles fósiles para limitar el calentamiento global. Las preguntas clave son en dónde y en cuánto. El estudio publicado constituye uno de los primeros intentos de responder a estas preguntas. Sus autores analizan los retos de eliminar gradualmente la producción de petróleo, gas y carbón en diferentes contextos nacionales, encontrando que las economías ricas y diversificadas están en mejor posición para asumir el liderazgo en una necesaria transición justa y la eliminación gradual de la producción de combustibles fósiles.
Los autores articulan los principios para abrir vías transparentes de avance mientras los principales países productores de petróleo en la actualidad se enfrentan al coordinar las urgentes reducciones en la producción debido a la drástica caída en la demanda ocasionada por de la COVID-19, al tiempo que surgen diferencias entre Arabia Saudita y Rusia acerca de cómo contener la creciente producción de petróleo de esquisto de EE.UU. Mientras tanto, la presión del presidente Trump para salvar a las compañías norteamericanas que producen el petróleo de esquisto se topa con un escepticismo creciente por parte del Congreso y de Wall Street, que han aumentado sus compromisos para dejar de financiar combustibles fósiles.
La publicación se basa en el reciente Informe sobre la brecha de producción, que encontró que para 2030 la industria de combustibles fósiles planea producir combustibles fósiles por un volumen 50 % mayor del que sería compatible con una meta de 2 °C y un 120 % por encima de la meta de 1,5 °C.
El artículo aparece luego de la publicación del Informe global de riesgos de 2020 del Foro Económico Mundial, en el que directores de empresas calificaron al”fracaso de la acción climática” como un riesgo global superior al de las armas de destrucción masiva. Llega en un contexto de numerosos llamamientos a que una cooperación internacional renovada permita una transición global equitativa para transitar de los combustibles fósiles hacia economías limpias, con eficiencia energética, y bajas emisiones de carbono, incluso a través de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
El principal mensaje del artículo es la urgencia de implementar una eliminación gradual de producción de combustibles fósiles que sea equitativa y justa, a fin de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, tal como establece el Acuerdo de París.
Los gobiernos deben actuar para detener gradualmente la producción mediante una transición justa, lo que será más fácil para algunos países productores que para otros:
- Los países más ricos que son productores de combustibles fósiles, tienen economías más diversificadas y mayores recursos financieros y tecnológicos están en la mejor posición para tomar medidas rápidas.
- Los países productores más pobres y menos diversificados enfrentarán un esfuerzo mucho más difícil y costoso.
Los países productores que están en una buena posición para iniciar una eliminación gradual incluyen a Canadá, Reino Unido, EE.UU. y Noruega. En la actualidad, estos productores están lejos de hacer lo suficiente, y en muchos casos siguen ampliando la producción.
La cooperación internacional para apoyar una transición justa en economías más pobres y menos diversificadas será crítica. Los principios de políticas delineados en el artículo incluyen:
- Eliminar gradualmente la extracción global a un volumen consistente con 1,5 °C
- Permitir una transición justa para trabajadores y comunidades
- Limitar la extracción de manera consecuente con la justicia ambiental.
- Reducir más rápidamente la extracción en aquellos lugares donde los costos sociales de la transición sean menores.
- Compartir los costos de la transición de manera equitativa.
En relación con la crisis actual:
- Una eliminación de la producción de combustibles fósiles gestionada gradualmente debe ser pilar de una Recuperación Justa.
- Los eventos recientes han constituido un estudio de caso que augura el caos económico por venir como resultado del declive no controlado de los sectores de petróleo y gas, desnudando la importancia crítica de la acción gubernamental para gestionar una eliminación gradual con una transición justa.
- Los gobiernos no deben conceder al sector de combustibles fósiles subsidios ni rescates financieros incondicionales, sino que deben apoyar a los trabajadores y las comunidades y emplear esfuerzos de recuperación para trasladar el capital a sistemas de energía segura, limpia y renovable.
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Reacciones a la publicación del artículo:
Sharan Burrow, Secretaria General, Confederación Sindical Internacional (CSI):
“La transición para dejar los combustibles fósiles es más urgente que nunca. Presenta retos diferentes para cada país en el Norte y el Sur globales. Necesitamos medidas de Transición Justa que incluyan la solidaridad internacional con todos los trabajadores y comunidades que dependen económicamente de la extracción de combustibles fósiles. Gobiernos, empresas y sindicatos deben establecer un proceso de diálogo social para planear una Transición Justa para dejar los combustibles fósiles en la que se creen alternativas y que ofrezca empleos dignos y de calidad para los afectados”.
Embajadora Marlene Moses, Nauru:
“Durante generaciones, los combustibles fósiles han proporcionado energía barata para el desarrollo económico. Ahora sabemos que las emisiones de gases de invernadero a partir de ese carbón, petróleo y gas están poniendo en riesgo, a través del colapso climático, a todas esas mejoras económicas. Con consecuencias tanto para los grandes productores como para los consumidores, el reto de eliminar los combustibles fósiles de la economía global requerirá un esfuerzo colectivo histórico. Esta investigación presenta una mirada honesta sobre los distintos retos, capacidades y necesidades de diferentes países, y cómo nuestra responsabilidad de actuar puede ser compartida equitativamente. Solo un abordaje justo como este puede conducir al mundo hacia un futuro que sea tanto libre de combustibles fósiles como próspero para todos”.
Victor Menotti, Miembro Sénior, Instituto Oakland:
“Los mercados de petróleo ahora tan solo nos están dejando entrever el caos futuro que enfrentará nuestro mundo si no iniciamos pronto un proceso justo pero veloz para eliminar pacíficamente la producción de petróleo de forma gradual. El único riesgo mayor que enfrentamos es la aceleración de la catástrofe resultante del fracaso de la acción por el clima, si no logramos que los gobiernos se ocupen del asunto cuanto antes. La publicación de Kartha-Muttit abre esta conversación, proponiendo claros principios para una vía de avance. Las ideas como esta y como el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles son señales de un movimiento climático que está tomando con mayor seriedad la intención de poner fin a la era de los combustibles Fósiles”.
Peri Dias, vocero de 350.org en América Latina, radicado en La Paz, Bolivia:
“El informe científico de la ONU del año pasado muestra que estamos en camino a producir un 120 % más de combustibles fósiles que la cantidad compatible con las metas climáticas. Este nuevo estudio muestra cómo podemos cerrar esa brecha planificando y preparándonos para el fin del carbón, el petróleo y el gas. Un país como Bolivia se identifica como necesitado del apoyo internacional para hacerlo. Esta es una parte clave del panorama si es que vamos a alcanzar nuestras metas climáticas y asegurar que el costo no sea pagado por comunidades y trabajadores. Enfrentar a la pandemia de COVID y a la recesión significa pensar en la economía que estamos construyendo para el futuro: no puede ser una economía que ignore el derecho a la salud ni que omita planear el fin del carbón, el petróleo y el gas en cada rincón de nuestro mundo”.
Mohamed Adow, Director, PowerShift Africa, radicado en Nairobi, Kenia:
“La caótica economía global actual es un ejemplo de lo que sucede cuando la naturaleza obliga a un paro forzoso de las actividades habituales. El cambio climático amenaza con generar un cambio similar, sin embargo, hoy los países no actúan con la celeridad necesaria para asegurar una buena gestión de esta transición. El Acuerdo de París significa que no existe un futuro a largo plazo para los combustibles fósiles, por lo que los países deben empezar a hacer la transición hacia formas de desarrollo más limpias y sostenibles. Los paquetes de recuperación poscoronavirus son una oportunidad para redefinir radicalmente las economías nacionales. Los gobiernos deben aprovechar este momento para establecer ese cambio”.
Rachel Rose Jackson, Directora de Investigación y Política Climáticas, Corporate Accountability:
“Esta investigación demuestra no solo que es necesaria una inmediata eliminación gradual del petróleo, el carbón y el gas, sino también que es clave la equidad en ese proceso si queremos tener alguna posibilidad de evitar el fracaso total de la acción climática. También resalta lo absurdo de que países como EE.UU. pretendan dedicar miles de millones al rescate financiero de industrias sucias, en lugar de financiar un cambio equitativo hacia un sistema que proteja la salud de las personas y el planeta. Es fundamental que la equidad sea central en las políticas de transformación energética y que se exija rendición de cuentas a quienes la han obstaculizado. El camino hacia un mundo mejor debería ser financiado en parte haciendo que las industrias que generan contaminación y que siguen socavando la acción por el clima se hagan responsables del daño que conscientemente han causado. Este es el momento para posibilitar esta transición justa, atendiendo al llamado de cientos de organizaciones y cientos de miles de personas alrededor del mudo para obligar a que los grandes contaminadores paguen”.
Dipti Bhatnagar, Coordinadora del Programa Internacional de Justicia Climática y Energía, Amigos de la Tierra Internacional, radicada en Maputo, Mozambique:
“Hace demasiado tiempo que la extracción de combustibles fósiles viene causando estragos en trabajadores y comunidades: contaminando sus cuerpos, el aire, el agua y las tierras, destruyendo la biodiversidad y contribuyendo a la catástrofe climática. Con los precios del petróleo en un nivel mínimo histórico debido a la crisis de la COVID-19, este importante estudio nos recuerda por qué la extracción de combustibles fósiles no traerá desarrollo a nuestros países en el Sur Global, sino que beneficiará solo a corporaciones y élites. Jamás han sido más importantes los conceptos de justicia y equidad, mientras clamamos por la tan necesaria eliminación gradual de los combustibles fósiles y exigimos que aquellos que más se hayan beneficiado de la energía sucia asuman de manera preponderante el costo de la transición justa. Cambio climático, COVID-19, crisis económica: las crisis interrelacionadas que hoy enfrentamos son una llamada que alerta sobre la necesidad de un cambio en el sistema”.
Meena Raman, Third World Network:
“Los billones de dólares que están generando los países industriales ricos para rescatar sus economías en respuesta a la crisis financiera de 2008 y los paquetes de estímulo pos-COVID demuestran que, si existe voluntad política, hay financiamiento adicional para que los países en desarrollo hagan posible su transición justa hacia rutas bajas en emisiones de carbono, alejándose de los combustibles fósiles para satisfacer sus necesidades de desarrollo sostenible. Los países desarrollados deben dejar de usar como excusa la falta de dinero si queremos salvar al planeta y a las personas pobres”.
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