350.org Argentina y COESUS Latinoamérica participaron en el último fin de semana de congreso ambiental en General Alvear, en la provincia de Mendoza
Por Silvia Calciolari
No hay como negar. Cada día crecen la fuerza y determinación de los movimientos contrarios a la explotación de petróleo, gas, carbón y a la minería en varios países de América Latina. En Argentina, por sus dimensiones territoriales y por tener en su suelo y subsuelo una gran reserva de hidrocarburos y minerales para explotación, los impactos sociales, ambientales y económicos derivados de esta explotación están despertando en la población un sentimiento de revuelta e insatisfacción.
“Nuestro pueblo está pagando un precio muy alto para tener una industria contaminante y perversa, que está contaminando nuestras reservas de agua, dejando nuestro suelo infértil, provocando enfermedades en las personas y sacando de nosotros nuestra vida. Tenemos que dar un basta”. El desahogo es de Carlos Pía, miembro de la Multisectorial, departamento responsable por la gestión de los residuos sólidos, y director de gestión ambiental del municipio de General Alvear, sede del 1º Congreso Regional sobre los impactos y protección del medio ambiente (CRIPA17).
De 17 a 19 de junio, representantes de varios movimientos ambientales y sociales contra la minería y los combustibles fósiles, activistas, especialistas, técnicos, profesores, estudiantes, gestores públicos, líderes políticos y de entidades sociales con representación en varios países estuvieron en General Alvear para debatir el futuro de la lucha contra el avance de las compañías nacionales e internacionales que están transformando a Argentina “en una mina a cielo abierto”, como subrayó Pía.
La periodista Silvia Calciolari, Asesora de Prensa de COESUS – Coalición No Fracking Brasil y voluntaria de 350.org Brasil, participó del congreso como representante de 350.org Argentina, que integra la Coalición Latinoamericana Contra el Fracking por el Clima, Agua y Agricultura Sostenible. La coalición es formada por movimientos contra la explotación no convencional de petróleo y gas de esquisto en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Ecuador y Perú.
“Además de los impactos devastadores provocados por las tecnologías no convencionales y convencionales para gas y petróleo, Argentina todavía convive con la contaminación de las reservas de agua y la destrucción de las tierras fértiles causadas por la gran minería. Aún, los impactos del cambio climático están agravando lo que ya es insostenible. Hay que denunciar, unir fuerzas y presionar a los legisladores para hacer la desinversión de los combustibles fósiles y abrir el camino a las energías renovables”, afirmó Silvia en su charla.
Pioneros
Las señales de que es posible resistir e impedir el avance de la minería y del fracking son evidentes en Argentina. Hace 10 años, lo que parecía imposible ocurrió. La aprobación de la Ley 7722 de 11 de junio de 2007 prohibió en la provincia de Mendoza la minería a cielo abierto con el objetivo de proteger el agua de la contaminación. Desde entonces, productos químicos, tales como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias tóxicas similares usadas en la minería están prohibidas para proteger las fuentes de recursos hídricos. Las compañías recurrieron, pero la Justicia confirmó en 2015 la constitucionalidad de la prohibición. Este es un ejemplo de que cuando la población se moviliza consigue cambiar la realidad y hacer historia.
“A partir de Alvear, iniciamos un gran movimiento en defensa del medio ambiente, que movilizó toda la provincia y llevó a miles de personas a las calles para presionar a los legisladores a proteger nuestros arroyos y ríos y nuestra producción regional”, recuerda Adolpo Nieto, ex Presidente de la Cámara de Comercio y uno de los organizadores del CRIPA17. Hay una arraigada conciencia ambiental que la ciudad ya está libre del fracking a través de una legislación municipal aprobada en 2013. Otra decisión histórica es la prohibición de operaciones de fraccionamiento en la provincia de Entre Ríos, aprobada hace dos meses, un hecho para el movimiento ambientalista Argentino. Es la primera provincia argentina a ser considerada libre del fracking gracias a la presión de la sociedad.
La presencia de 350.org, movimiento global que denuncia los cambios climáticos y defiende la desinversión de proyectos fósiles, en Argentina se realiza desde 2013 y hace el enfrentamiento más directo al fraccionamiento. Ahora, el objetivo es consolidar esa campaña, expandiendo a todas las tecnologías minerales que contaminan el agua, el suelo y el aire, no traen desarrollo y aún impactan el clima.
“La COESUS Latinoamericana se propone a contribuir técnicamente y apoyar a los países para que asuman una posición de liderazgo mundial en el marco de las economías con bajas emisiones de carbono. Si la sociedad y los gobiernos no se movilizan para contener la entrada y el avance del fraccionamiento en sus respectivos países, no sólo las comunidades locales van a sufrir los impactos del cambio climático, sino también el resto del mundo”, dice Nicole Figueiredo de Oliveira, directora de 350.org Brasil y América Latina.