A principios de esta semana, en pleno arranque de la COP25, la petrolera española Repsol anunció sus planes de alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050, con el fin de alinearse con los objetivos del Acuerdo de París y limitar el aumento de las temperaturas globales por debajo de los 2 °C.
En respuesta al anuncio, Yossi Cadan, Director de Campañas de Finanzas Globales, declaró:
“Es cierto que la promesa de Repsol es el mejor compromiso asumido por una empresa de combustibles fósiles hasta la fecha, pero todavía no es suficiente. No queremos ver a una empresa compensar su producción de petróleo y gas plantando árboles. Lo que necesitamos es un verdadero compromiso con una transición plena, para pasar de una compañía de combustibles fósiles a una compañía de energías renovables. Solo entonces demostrarán que realmente se preocupan por el clima, por la justicia social, por la vida y los medios de subsistencia de las comunidades en la primera línea del cambio climático y, en última instancia, por las generaciones futuras”.
La nueva política de Repsol está llena de lagunas; estos son algunos ejemplos:
- “Repsol aspira a alcanzar cero emisiones netas para el año 2050”. Para lograr esto, Repsol “tiene previsto compensar las emisiones mediante la reforestación y otros sumideros naturales de carbono”. Lo que necesitamos es un “cero absoluto” y no un “cero neto” que, con la excusa de la reforestación y de otros sumideros de carbono no verificados, permita a Repsol seguir quemando combustibles fósiles en lugar de emprender la transición para convertirse en una empresa de energías renovables.
- A mediano plazo, Repsol pretende “reducir su intensidad de carbono”, lo que supone, en otras palabras, mantener sus emisiones totales al tiempo que mejora en eficiencia y tecnologías. Si las intenciones de Repsol son honestas, cabría esperar que la empresa reduzca sus emisiones absolutas de carbono y no sus emisiones basadas en la intensidad. Para nuestro clima no hace diferencia que Repsol mejore sus tecnologías de combustión de combustibles fósiles. Lo que cuenta es la reducción constante y gradual de las emisiones hasta llegar al cero absoluto de emisiones en 2050 con cero producción de combustibles fósiles.
- Repsol considera al “gas como el combustible puente en la transición energética”. Los objetivos del Acuerdo de París señalan que no hay lugar para nuevos desarrollos de combustibles fósiles, incluido el gas natural. Uno de los hechos más preocupantes que muestran nuestros datos de emisiones globales es la sólida y vigorosa tendencia al alza de las emisiones procedentes del gas natural. Por lo tanto, cualquier planteamiento que prevea la transición a un sistema basado en el gas natural resulta incompatible con los objetivos climáticos internacionales, tal y como lo demostró la organización Oil Change International en un reciente informe.
“Es positivo que Repsol finalmente ha reconocido que el futuro no está en los combustibles fósiles y que los activos de petróleo y gas van a quedarse obsoletos en muy poco tiempo. En este caso, Repsol va a asumir un ajuste en sus cuentas de 4.800 millones de euros en activos al reconocer que estos no serán -o no podrán ser- explotados.
“Todas las grandes corporaciones de combustibles fósiles están sobrevaluadas, porque en la práctica sus reservas no podrán ser puestas en producción. Es hora de que los accionistas reconozcan este hecho y empiecen a retirar su dinero de estas compañías.”