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El próximo mes de septiembre, los jefes de Estado y de Gobierno de numerosos países participarán en Nueva York enuna gran cumbre sobre el cambio climático. Con el futuro de nuestro planeta en juego, vamos a consagrar un fin de semana a cambiar el curso de la historia.

En Nueva York llevaremos a cabo una movilización climática, un acto sin precedentes por su tamaño, belleza y visibilidad. Reivindicaremos que el mundo por el que luchamos está a nuestro alcance. Un mundo con una economía centrada en las personas y el planeta. Un mundo, en definitiva, a salvo de los estragos del cambio climático.

Es un momento histórico, pero no sólo para Nueva York o los Estados Unidos. Los mandatarios de todo el mundo se darán cita en la Gran Manzana y, por unos días, allí se concentrará la atención de los medios de comunicación internacionales. Pero sabemos que ninguna reunión o cumbre “resolverá el problema del cambio climático” por sí sola. Por eso, gran parte del encuentro que planeamos no tendrá que ver con la cumbrepropiamente dicha. Queremos hacer de ese encuentro un momento sobre y para nosotros: las personas que luchamos en nuestras comunidades, que organizamos y construimos una fuerza para hacer frente a la industria de los combustibles fósiles, que promovemos un cambio energético global para lograr un mundo más justo, seguro y pacífico.

Para lograrlo, debemos actuar juntos.

Un solo día, igual que una sola cumbre, no bastará. La amenaza a la que nos enfrentamos es demasiado grande. De modo que, en nuestro encuentro de septiembre en Nueva York, probaremos algo diferente: vamos a comprometernos con una acción sostenida en el tiempo que nos permita continuar fortaleciendo nuestras estrategias y trabajar en los países a nivel nacional.

En Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos, esto se traducirá en la organización de otra movilización aún mayor en los próximos meses a favor de la desinversión de los combustibles fósiles. En gran parte de Asia y África, esto significará la ampliación de la actual lucha contra el carbón y otras energías sucias y una reorientación hacia energías renovables y repartidas justamente con base en la comunidad; en Filipinas, pondremos en marcha una gran movilización, a la que esperamos se unan otras muchas personas en todo el mundo, con motivo del primer aniversario del tifón Haiyan; en América Latina, continuaremos la lucha contra las técnicas de fractura hidraúlica o fracking en la extracción de hidrocarburos, la agroindustria en Brasil y prepararemos acciones de protesta en paralelo a la cumbre de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) prevista para este diciembre en Lima; y, para todos nosotros, esto significará seguir construyendo un movimiento más fuerte y permanecer unidos en solidaridad.

Desde que en 2009 celebráramos nuestro primer día mundial de acción por el clima, el mundo ha cambiado enormemente en algunos aspectos. Uno de los mayores cambios ha sido lo vibrante y flexible que el propio movimiento climático se ha convertido. Es momento de que demos un paso más.

Marca en rojo en tu calendario: 20 y 21 de septiembre, en Nueva York, marcha climática de los pueblos. ¡Juntos vamos a mantener vivo este impulso!

Eduardo, Hoda, Mahir, Payal y Will, en nombre de todo el equipo 350.org