Brasil se encuentra en un momento muy particular. Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), el agosto pasado se estableció un nuevo récord de incendios en la Amazonía en los últimos nueve años. Los datos del Programa Queimadas muestran que el número de incendios en la región de la Amazonía Legal (Acre, Amapá, Amazonas, Pará, Rondônia, Roraima, Tocantins, Maranhão y parte de Mato Grosso) se triplicó desde agosto de 2018: pasó de tener 10.421 a 30.901 casos registrados. Por otra parte, la información del Sistema de Alerta de Deforestación (SAD) del Instituto Amazónico del Hombre y el Medio Ambiente (IMAZON) indica que la deforestación aumentó en un 15% entre agosto del año pasado y julio del corriente.

No solo el Amazonas se encuentra en esta situación. La semana pasada, la mayor parte de Mato Grosso y el municipio de Palhoças, Florianópolis, se declaró en situación de emergencia debido a los incendios. En Chapada dos Guimarães, Mato Grosso, más de 6 mil hectáreas se han quemado hasta el momento. En Pará, el incendio en Alter do Chão empeoró este domingo pasado y el Estado solicitó ayuda de la Fuerzas Nacionales.

Ninawa Inu Hunikuin es conocido como el “Cacique de los Caciques”. Él, quién además es Presidente de la Federación Popular de Huni Kui del Estado del Acre, manifiesta la preocupación de los pueblos indígenas por los incendios. En esta entrevista a 350.org habla sobre la quema, el cambio climático y los desafíos de uno de los incendios más grandes en la historia de Brasil.

Aquí la entrevista completa:

 

Hay muchos desacuerdos sobre qué y quién está causando estos incendios. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Estamos en un período en el que suelen haber incendios en los campos, se esperaría que uno u otro surgiera. Pero no de esta manera y con esta magnitud. En la historia de Brasil no habíamos tenido incendios en áreas tan grandes. Hay varios factores que intervienen en la situación, pero el mayor agravante es que está prohibido multar a las personas que promueven los incendios intencionales. No es casualidad que muchos de los incendios estén limpiando áreas que son foco de atención de los propietarios ilegales. Esto facilita la siembra de soja y ganado.

¿Qué población es la más afectada?

Quienes más sufren los incendios son las poblaciones más pobres. Pero, hay una diferencia entre quienes están en el bosque y quienes viven en las periferias. Las comunidades indígenas y tradicionales terminan siendo las más perjudicadas por la falta de seguridad alimenticia. Si se seca o se contamina un río, la comunidad que depende de él para sobrevivir morirá de hambre.
De hecho, el 90% de las aldeas en la Amazonía no tienen agua potable y están rodeadas de agua contaminada. Ya tenemos niños desnutridos porque sus madres también lo están. Con el cambio climático y la acción humana el suelo está contaminado, por lo que no hay seguridad alimenticia ni alimentos de calidad. La acumulación de sedimentos para estas poblaciones provoca consecuencias terribles.

¿Cuál es el impacto de los incendios y el cambio climático en la salud de estas poblaciones?

En Acre, muchos niños y ancianos tienen problemas respiratorios debido al humo del fuego. Sabemos que cuando llueva, las enfermedades se triplicarán, ya que se propagarán no solo por el aire sino también por el agua y el suelo.
Cuando el clima cambia en una región, las comunidades se ven obligadas a tener una calidad de vida más baja. En el caso de mi gente, muchas mujeres tienen cáncer debido a los cambios en el clima, a la naturaleza y a los nuevos hábitos alimenticios. Y en el caso de Acre, ya no podemos saber cuándo comienza cada temporada porque el clima está fuera de control.

¿Cuál es la reacción de los pueblos indígenas sobre los incendios?

Estamos muy preocupados, aunque ninguna comunidad de mi gente haya sido incendiada. Pero, por ejemplo, se prendió fuego un centro cultural nuestro cerca de la ciudad de Rio Branco. Allí, además, se están quemando cinco hectáreas de tierra, lo que equivale a cinco estadios de fútbol. Está acabando con las plantaciones de algunas familias.
En Tocantins, la comunidad de Krahô Kanela, no pueden controlar el fuego y muy pocas personas les han ofrecido ayuda. Y en el sur de la Amazonía hay cientos de kilómetros quemados. Todo es muy grande y muy reciente.

¿Cuál es la mayor pérdida?

La pérdida es incomparable, es inmensa. Los animales que vivían alrededor de las aldeas se fueron y no sabemos cuántos años tardarán en volver, si es que lo harán. Nuestras medicinas forestales se están quemando, incluidas las que son dañinas y que eventualmente se inhalan.

Sobre la postura de las autoridades responsables de apagar los incendios, ¿cuál es tu perspectiva?

Ellos se muestran demasiado cómodos, no veo mucha preocupación y esfuerzo por resolver la situación. A muchos de estos representantes los escucho decir que estos fuegos son normales y tratan de desacreditar lo que denunciamos desde las comunidades indígenas.
Sin embargo, estamos en un período en que la sociedad necesita hermanarse, porque todo el planeta depende de la Amazonía para tener una mejor calidad de vida. Todos necesitamos tomarnos de las manos en este momento importante para la humanidad. Los indígenas somos parte de la solución, solo necesitamos que consideren y respeten nuestros territorios y nuestro conocimiento de las tradiciones. Llegó el momento de unirnos.

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Laura Moreira Sliva, periodista en COESUS y voluntaria de 350.org Brasil.

Traducción: Rocío Rodríguez Almaraz