Además de describir cómo trabajamos, a continuación se presentan algunos principios más específicos respecto de nuestra manera de organizarnos: principios relacionados con el modo en que trabajamos persona a persona y a través de una red para construir poder, enfrentar a la industria de los combustibles fósiles y acelerar la transición hacia un futuro con energía renovable. Solicitamos a todos aquellos grupos que incluyen en su nombre 350 o Libre de Combustibles Fósiles, o que de otra manera estén afiliados con nuestra red, que lean, entiendan y procuren incorporar estos principios.
Somos un movimiento global de ciudadanos que trabajamos para abordar la crisis climática. Somos ciudadanos globales que nos organizamos para transformar nuestras comunidades locales. Trabajamos en solidaridad, en diferentes idiomas y continentes, formando una poderosa red mundial unida por nuestra humanidad compartida y nuestro compromiso con resolver la crisis climática.
Procuramos construir un movimiento inclusivo y empoderado. Desde lo local hasta lo internacional, somos abiertos y receptivos a nuevas ideas e iniciativas, promovemos la participación de todos y la toma de decisiones colectiva a todos los niveles de los procesos organizativos y empoderamos a nuevos líderes para que las asuman. Trabajamos con diversos grupos e individuos, que incluyen desde grupos religiosos hasta líderes empresariales, escuelas y otros, porque necesitamos con urgencia las ideas y el compromiso de todos para crear el cambio que necesitamos. Las relaciones que construimos mutuamente y con grupos asociados, el liderazgo que cultivamos y las historias que contamos forman parte de la manera en que construimos la fuerza de nuestra gente: esto es clave para el modo en que generamos el cambio.
Nuestro trabajo abarca diferentes movimientos, con la justicia como factor central. Reconocemos los vínculos entre los temas de justicia climática, justicia económica, justicia racial, igualdad de género, derechos laborales y otros, y procuramos construir un movimiento que trabaje por una causa común con aliados para lograr impactos compartidos.
Somos solidarios con las comunidades más afectadas por las consecuencias del cambio climático y de los combustibles fósiles. Como resultado de desigualdades históricas, muchas de estas comunidades son las menos protegidas y las más afectadas por el cambio climático. Apoyamos las demandas que hacen para su supervivencia y los derechos de las generaciones futuras.
Nos comprometemos con las acciones reales, no solo con las palabras. Nos basamos en el desempeño colectivo, no en personalidades individuales. No hay cabida para el ego durante la organización, y decimos que “sí” lo más posible (siempre respetando nuestros límites). Procuramos mantener nuestra flexibilidad y agilidad, y hacer mucho con pocos recursos, para poder centrarnos en tomar medidas para servir a nuestras comunidades.
Pensamos y actuamos según la escala del problema. Nuestra manera de pensar en grande y tener aspiraciones sirve para inspirar a las personas a involucrarse y actuar con la urgencia necesaria.
La creatividad es el referente de nuestro trabajo. A través de los símbolos, el arte y las acciones creativas, ayudamos a visualizar tanto los problemas como las soluciones para el cambio climático. Las formas creativas de comunicación a menudo hablan más directamente a nuestros corazones, y ofrecen un hermoso recordatorio de lo que procuramos proteger.
Como organizadores, nos conectamos tanto con el corazón y el espíritu como con el cerebro. La crisis climática es un problema ético; la realización de acciones que tengan significado otorga peso moral a nuestro trabajo y profundiza nuestro compromiso mutuo y con la causa. Esta conexión nos permite enfrentar mejor las alteraciones drásticas que se están generando en el planeta e imaginar el mundo que queremos construir.
Si un movimiento no es divertido, no vale la pena formar parte de él. Juntos bailamos, cantamos, comemos, jugamos y contamos chistes porque estas actividades elevan nuestro espíritu, nos dan esperanzas y nos mantienen motivados para enfrentar los numerosos desafíos (y victorias) que nos esperan a lo largo del camino hacia un futuro con energía sostenible y limpia.
Usamos la tecnología de manera creativa para apoyar las actividades organizativas en el mundo real. Somos conscientes de que la tecnología no sustituye a las relaciones reales ni a las técnicas de organización de eficacia comprobada; sin embargo, nos permite ver, entender y actuar en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas que enfrentan el cambio climático alrededor del mundo; somos una comunidad vinculada por la tecnología.
No somos expertos, pero sabemos lo suficiente sobre la crisis climática y la industria de los combustibles fósiles como para decir la verdad. Mantenemos lo más actualizados posible nuestros conocimientos de ciencia, economía y política, pero a la vez sabemos que no es necesario conocer absolutamente toda la información para poder defender nuestro futuro. Decir la verdad sobre la ciencia y la injusticia es tanto nuestra responsabilidad como nuestra estrategia más efectiva.
Aunque la ciencia es importante, las historias dotan de fuerza y humanidad a nuestro movimiento. Todos tenemos nuestras propias historias cautivadoras, y nos comunicamos a través de historias para conseguir cobertura mediática masiva, multiplicar nuestro movimiento y reafirmar nuestra humanidad compartida. Sea que se trate de un manifestante solitario y valiente en Irak o de una comunidad que se une para detener una planta de carbón en Kenia o la fractura hidráulica en Brasil, las historias compartidas inspiran nuestro movimiento.
Usamos medios no violentos para lograr el cambio. Estamos comprometidos con la no violencia, inspirados por el espíritu de Gandhi, Martin Luther King Jr. y otros líderes de movimientos pacíficos que nos anteceden. No son admisibles los actos violentos ni los daños materiales. Frente a la crisis climática, la extracción de combustibles fósiles y las prácticas represivas de los gobiernos y las corporaciones que se benefician de ella, reconocemos a la no violencia estratégica como el medio más efectivo para la creación de un mundo justo y saludable.