Ignacio “Nacho” Zavaleta y Juan José Dutto actualmente se desempeñan como Organizers de 350.org Argentina. Ellos están involucrados desde hace ya varios años en la causa contra el fracking en el país. Por eso queríamos compartir su historia y conocer sus opiniones sobre estos temas que nos competen a todos.
¿Cuándo empezaron a estar involucrados con la protección del medio ambiente y la lucha contra el fracking?
Nacho: Ya desde el año 2009, en mi rol de concejal, empecé a trabajar para lograr el establecimiento de áreas protegidas y en la creación de un sistema de protección del ámbito de las banquinas de las rutas y autopistas de la provincia de Buenos Aires (de 16.000 Km). La idea era que pudieran emplearse como corredor biológico con el fin de promover el flujo genético y prohibiendo su uso agrícola. Ahora bien, en relación con el fracking, me involucré con el tema en 2012 cuando el gobierno argentino empezó a difundir Vaca Muerta. Algo me llamaba la atención. Descubrí que el gobernador de Buenos Aires de aquel momento había celebrado un convenio con YPF para explorar y eventualmente explotar por medio del fracking en la provincia de Bs As. Cuando me internalizo sobre los riesgos de esta práctica, decidí tomar acción sobre el asunto. Por eso en el año 2013 realicé una convocatoria a los concejales de distintos distritos de la provincia de Buenos Aires para actuar de inmediato promulgando 11 Ordenanzas que prohíben el uso de fracking. Tuvimos un éxito rotundo. También prohibimos la explotación de los yacimientos de carbón, ya que existían varias empresas interesadas en explotarlos con el método de combustión in situ, que es tan nocivo como el fracking. Imaginate que en Australia se prohibió por el desastre que produjo. Como obtuvimos buenos resultados, realicé una nueva convocatoria ampliada, y el 17 de diciembre de 2013 conformamos la “Asamblea de Integración por Territorios Libres de fracking”, de alcance nacional y con participación de Concejales uruguayos. Otros hitos que vale la pena nombrar: estuvimos involucrados en la sanción de las leyes antifracking de Entre Ríos y Santa Fe, que regulan y restringen el uso de agua y las técnicas que contaminan el medio ambiente, aunque estamos proponiendo la prohibición en todas las provincias.
Juan: En mi caso, desde joven tuve una participación activa en las cuestiones ambientales y sociales. Sentía —y siento— que es una obligación involucrarse y hacer que los gobiernos actúen en consecuencia. Pienso que la participación de la gente es la que produce los mayores cambios. Mi relación con la lucha contra el fracking es, en cambio, relativamente reciente, comenzó cuando me interioricé sobre lo que que era el fracking y el impacto que podía tener. En las agrupaciones en las que participé, primero empezamos a cuestionar que se desarrollara en focos urbanizados o cercanos a ríos —porque la cercanía permite abaratar costos (por el agua)—. En ese momento había más información en los medios de comunicación sobre lo que pasaba en el resto del mundo y sobre los peligros de lo que podía pasar en la provincia, más allá de los beneficios económicos que pudiera traer. Imaginarnos una vida con el fracking nos hizo movilizarnos. Coincidimos en nuestras preocupaciones con algunas agrupaciones ambientales y comunidades y por eso hicimos un primer encuentro de legislativos aquí en Neuquén para tratar el tema. Justamente de allí nos conocemos con Nacho, fue un proyecto que trabajamos juntos.
¿Y con 350.org, cuando inició su relación?
Nacho: En septiembre de 2016 me convocaron desde 350.org por un evento sobre la lucha regional contra el fracking en el Senado Uruguayo. Ahí empezó nuestra relación. Desde ese primer contacto trabajamos algunos proyectos juntos y a mediados de febrero de este año me sumé al staff. Creía que en 350 podía encontrar la estructura necesaria para darle una entidad a esta lucha de muchos años, y así fue que me integré a la familia de 350.
Juan: Con 350 la relación comenzó hace 4 años cuando nos contactaron para saber un poco más sobre lo que sucedía en nuestra provincia. Nos comentaron cuál era su actividad y su interés en la problemáticas ambientales de la provincia. Así que los guiamos por distintos lugares representativos de la actividad y sus impactos. Tuvimos talleres, reuniones en el campo en Río Negro y Neuquén donde había explotación de petróleo y gas, visitamos los asentamientos de la compañías y a las comunidades afectada por la industria, como chacareros, gente de campo y comunidades mapuches. Hablamos también con otras organizaciones ambientalistas y/o sociales y con la legislatura provincial (diputados y concejales). Hace poco me uní a 350, ya no en calidad de colaborador, sino como parte del staff.
Hace poco más de dos semanas hubo una fuga de gas en Loma La Lata que derivó en un incendio. Los diarios hablaron del operativo que se desplegó para solucionarlo (algunos titulares fueron: “Llegó un equipo de expertos de los Estados Unidos”, “Avanzan tareas de contención”), pero no hicieron mención a las causas ni sobre los otros incidentes registrados en Vaca Muerta.
Juan: La explosión sucedió a 2 km del Lago Barreales, que es el que provee el agua a Neuquén capital desde hace algunos años. Es sumamente importante que no haya explotación petrolera cerca de estos lugares, que no haya derrames. Sin embargo, hemos estado en un pozo a 300 metros del lago Mari Menuco, que está al lado del Barreales. Si hubiera un problema similar al de Loma La Lata, se contamina el lago. Así ya hay varios casos reportados.
Hace varios años atrás hubo una denuncia sobre contaminación en el agua, la justicia federal mandó a hacer análisis y dio positivo. Nadie le dio pelota. Es más, después de eso hicieron la obra para traer agua a Neuquén capital. Esto es oficial. Después no es que se haya limpiado el agua y es la que consumimos los que vivimos acá. Habría que hacer estudios sobre cuál es el estado de la situación.
Nacho: Fue en el año 2009, una vecina de Añelo hizo la denuncia. Se tomaron muestras subterráneas y de espejos de agua y la Justicia comprobó la contaminación de los reservorios de agua de donde se proveía al lugar. La causa llegó a Suprema Corte y no tuvo el impulso necesario para seguir insistiendo en la prosecución de los pasos para una causa como esta. Estamos trabajando con la denunciante y un equipo de abogados para reflotar esa causa.
Plataforma petrolera cercana al lago Mari Menuco. Foto: Juan José Dutto
Nos llegó un video de una explosión en Centenario —cuyo audio fue silenciado para proteger a nuestra fuente—, también ocurrido en un pozo de hidrocarburos en Vaca Muerta. Lo único que pudimos encontrar fue una nota de un diario local en la que las autoridades desmienten lo que pasó. ¿Qué han podido averiguar sobre el incidente?
Juan: Por lo que nos han informado, la explosión habría sucedido el 17 de septiembre en las cercanías de Centenario, a 17 km de Neuquén capital. En las fotos y el video se ve una calle de la ciudad, por lo que no debe estar a más de 2/3 kilómetros. Nosotros lo supimos 3 o 4 días después cuando ya no quedaba nada. Le consultamos a los periodistas de la zona, ellos tampoco encontraron información ni pudieron conseguir más datos. Pensamos que si la explosión derivó en un incendio a estas alturas ya debería estar totalmente sofocado. Es mucho el despliegue de las petroleras cuando suceden incidentes a gran escala, forman una zona de exclusión y se nota. En esta oportunidad no sucedió eso, sino ya nos hubiéramos enterado.
Volviendo a Loma La Lata. Escribimos un informe sobre el tema para poner en contexto a nuestros lectores. Pero, salvo lo que se publicó en las noticias cuando trascendió el hecho, seguimos sin muchas novedades sobre el asunto.
Juan: La información que sale en los medios está clasificada por las petroleras y el gobierno de la provincia. Solo trasciende lo que ellos permiten que se filtre, apenas nos enteramos por fuentes no oficiales. Sin embargo, hasta hace algunos años todavía quedaban funcionarios que se animaban a hablar. De aquella época se puede encontrar información muy interesante sobre la explotación gasífera de la región.
¿De qué clase de información estamos hablando?
Juan: Por ejemplo, hace algunos años, había unos 3.000 pozos petroleros inactivos en Neuquén y Río Negro que representaban un riesgo potencial para el ambiente y la seguridad de las personas. En este caso hablo de pozos convencionales, no fracking. Solo en la provincia de Neuquén había 2.270 pozos inactivos en total. De ese total, 1.392 estaban fuera de pueblos o ciudades, pero había 878 dentro de las áreas urbanas. En algunos de esos lugares había asentamientos habitacionales de casas muy precarias, terrenos o tierras tomadas por personas de escasos recursos. Eso pone en peligro la seguridad y el ambiente. En Río Negro, si bien este problema es menor, había casi 700 pozos inactivos. Algunos sellados por bajo rendimiento. Esto no lo pueden desmentir porque lo han publicado en algunos medios de comunicación.
Pero, como vos decís, en el último tiempo no han habido noticias. La información está restringida. Es la estrategia que las petroleras y el gobierno provincial están utilizando con lo que está sucediendo en Loma La Lata, así como con los otros incidentes.
Nacho: En el último año se han producido más de 900 incidentes, de los cuales el 10% han sido graves. Y algunos que vienen de años anteriores, como la pérdida de pastillas radioactivas. Dos casos en Rincón de los Sauces (una población al norte de Neuquén que hasta hace un par de años atrás ni siquiera tenía hospital), que son justamente los que trascienden por las filtraciones, sucedieron el año pasado y el anterior. Al no poder recuperar las pastillas, se las cementó para obturar el pozo, pero esas pastillas emiten radiación por miles de años. Son episodios que no tienen impacto visual, que no tienen llamas espectaculares ni explosiones y que por eso no son de público conocimiento, pero con consecuencias potencialmente muy graves.
Podríamos decir que las grandes petroleras conocen perfectamente el riesgo de que trascienda este tipo de información.
Juan: Hubo una cierta cantidad de episodios graves, esto es solo la punta del iceberg. Plottier tuvo un incidente. En esa oportunidad sucedió muy cercano a un barrio, a un plan de vivienda que estaba a unos 100 metros. Fueron tan importantes las llamas y de tal envergadura que se veían a varios kilómetros de distancia. Jorge Sapag, el gobernador de Neuquén, se preocupó —asustó a todo el mundo, imaginate que él fue el que abrió las puertas a Vaca Muerta y la gestionó—, y sin embargo habló de enviar un proyecto de ley para asignar una zona de exclusión respecto a la explotación de pozos petroleros y gasíferos. Es decir: no donde hubiera viviendas, no donde hubiera gente, no cerca del río. A medida que pasó el tiempo parece que se le fue el miedo y el proyecto no salió.
¿Creen que es por estos casos es que ahora los medios hablan de un operativo para blindar Vaca Muerta?
Juan: La excusa es proteger las inversiones. Los gremios más importantes de petroleros privados hicieron un convenio con el gobierno provincial y nacional para limitar su accionar y darle una garantía a las petroleras de que no van a generar conflictos en el futuro para no discontinuar la producción. Pero lo que no está escrito en las noticias es que también hay un blindaje comunicacional. Los medios se cuidan mucho de decir algo porque la industria petrolera invierte mucho en publicidad. Además existe una protección judicial.
Nacho: Este blindaje se viene preparando desde hace muchos años. En el 2012 se hizo una modificación en la Ley de hidrocarburos, la 27.007, que se hizo a medida del acuerdo YPF/Chevron. También se sancionó una ley complementaria: la ley 26.734, llamada “antiterrorista”, que regula los comportamientos sociales y faculta a los gobiernos de turno a iniciar causas penales a las personas que protesten públicamente, es decir, para que las manifestaciones se puedan interpretar como una acción de desestabilización. Hemos presentado en repetidas ocasiones en la cámara de Diputados la moción de derogar esa ley por su inconstitucionalidad, pero hay complicidad en el sector político para que no se modifique.
El conflicto que hubo hace poco con los gremios (UOCRA) les vino bárbaro para evitar las protestas ciudadanas. ¿Cómo van a blindar Vaca Muerta, si abarca 4 provincias? Es prácticamente todo Neuquén, parte de Río Negro, una fracción de la parte sur-oeste de La Pampa y el sur de la provincia de Mendoza. Encontraron en esta “protección de los intereses de la industria nacional” la excusa perfecta para intimidar cualquier protesta ciudadana en contra de ello. Imaginate que Gendarmería no tenía jurisdicción, el envío de tropas de fue para aplacar los conflictos gremiales con el fin de desbaratarlos y reprimirlos.
Juan: Pienso en el otro blindaje, que tampoco está escrito: el social, por las condiciones socioeconómicas de las provincias de Neuquén y de Río Negro. Se hace muy difícil demostrar el lado negativo de Vaca Muerta porque gran parte de la economía se vuelca al circuito comercial de Neuquén. Es un círculo vicioso. Hay miles de trabajadores con muy buenos sueldos que gastan en la provincia y en los comercios, por ellos se mueve el mercado inmobiliario y los alquileres altísimos que pagan y, además, por las regalías que genera la explotación de petróleo y gas que llega a la provincia mes a mes. La comunidad entiende que esta industria es altamente positiva para la sociedad. Es muy difícil cambiar el parecer de la gente.
¿Qué es lo que habilita este blindaje que actúa sobre tantos niveles?
Nacho: Hay un entramado de corrupción muy complejo. Personas con empresas dentro de la industrias que tienen bancas en el senado o en los gremios, incluso en todas las instancias a la vez. El colmo es que incluso la Secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Dina Migani, provee químicos para hacer fracking en Río Negro. El problema es que están en ambos lados del mostrador.
Juan: Es complejo también porque la industria es cada vez más potente, están pensando en grande.
Es tan grande que hasta Al Jazeera está hablando de Vaca Muerta y los peligros del fracking.
Juan: Las inversiones van en aumento y hace muy poco salió en los medios de comunicación que de 100.000 barriles diarios se podría llegar a 500.000 para el 2024. En ese contexto, estos blindajes hablan de los límites que tenemos los que pensamos distinto. No podemos protestar: los gremios apoyan la industria, los medios no publican, las leyes nos coartan si te movilizás. Y además, Guillermo Pereyra, que es Senador, Secretario General del Sindicato de Petróleo y Gas Privado, ahora está hablando de apurar el blindaje. Para los que tenemos nada más que la palabra, cada vez están más cerradas nuestras bocas, no porque lo queramos, sino porque es difícil hacer trascender una opinión.
¿Qué se puede hacer para presionar a la industria petrolera en vista de todo el lobby involucrado?
Nacho: Hay dos posibilidades. El convencimiento de la masa ciudadana para movilizarse con el fin de anticiparse a los efectos de estas prácticas o, lamentablemente, que sucedan muchos sucesos consecutivos graves y, ante la evidencia innegable del daño, no quede otra alternativa que frenar la actividad.
Juan: El primer objetivo es llegar a las comunidades para hacerles entender que más allá de lo económico hay un riesgo potencial para la vida y la salud. ¿Qué beneficio económico hay en una actividad que en 10 o 15 años te deja sin petróleo, con todo hecho un queso gruyere y el agua contaminada? Puede haber contaminación en las chacras, que otras industrias queden comprometidas. No es negocio si tenemos una economía floreciente por unos años, pero el futuro de nuestros hijos y nietos queda en conflicto. Es inviable una provincia con agua contaminada, que no es segura, con una industria frutícola cada vez menor. Van a dejar a miles de trabajadores en la calle y a las provincias con serios déficits de infraestructura. Porque otra cuestión negativa —basta observar la zona, Cutral Có es un buen ejemplo— es que las ciudades donde el petróleo fue un boom años años atrás no emergieron como ciudades florecientes, sino que tienen serias limitaciones. No es que se llovió el dinero y por eso son ciudades de mucha potencia. No hay infraestructura, en algunas faltan cloacas, faltan escuelas y hospitales, las rutas no son buenas. No es que se le ha obligado a las empresas a invertir y el gobierno tampoco lo ha hecho. Debemos trabajar para presionar al gobierno con el fin de lograr un control más estricto de la cuestión ambiental y una mayor educación de la sociedad respecto a ese tema.
Por último, ¿creen que existe el riesgo de que el blindaje puede servir como antecedente y modelo en la región para tratar la cuestión del fracking y la explotación de hidrocarburos? Que haya accidentes y no trasciendan, que no haya información. Nos preguntamos si algo así podría suceder, por ejemplo, en São Mateus do Sul, la región brasileña donde se explota el gas de Xisto.
Juan: Yo creo que este blindaje multipropósito es aplicable en donde haya un sistema político y económico similar y una población que asiente. Por eso la participación ciudadana es fundamental para difundir la realidad de lo que pasa en el sector. Y la realidad es esta: un gran déficit ambiental con el transcurso de los años y ningún beneficio para la comunidad directamente involucrada.
Nacho: En todos los lugares del mundo se pregonan los beneficios del fracking con el mismo discurso: que es inocuo y menos contaminante que el convencional, que es la solución para la generación de energía, que se puede hacer de una manera segura con los controles necesarios, que es una riqueza inmensa que no se puede desaprovechar (pero también hay que hacer una gran inversión para sacarla). Son ideas bastante globalizadas. Por eso, a donde vayas, la táctica es la misma: primero el secretismo hasta que los gobiernos lo habilitan por medio de un decreto o una ley. Ya en muchos aspectos somos una especie de banco de pruebas. Si acá funciona el blindaje, es probable que se aplique en cada lugar del mundo, considerando las características locales.
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Laura Moreira Sliva, periodista en COESUS y voluntaria de 350.org Brasil
Rocío Rodríguez Almaraz, Digital Organizer de 350.org Argentina