Catar es un país minúsculo, y a finales del siglo XVI se convirtió en una colonia inglesa. Antes supo ser un pueblo de pescadores que tenía unos mil barcos y que nació justamente en torno a esos pescadores que buceaban en busca de perlas.

En la década de 1930, lo que antes era una práctica ancestral y artesanal se convirtió en una industria, dominada por los japoneses; y las granjas de perlas se convirtieron en la producción más predecible, controlada y barata. Luego, cerca de la década de 1940, el país cambió la base de su economía al petróleo.  Desde entonces, la pesca artesanal ha desaparecido y la economía del país se ha basado en los combustibles fósiles. 

El país está a la cabeza de las mayores emisiones de CO2 per cápita y esta charla sobre el Mundial sin emisiones de carbono es puro ruido, llena de palabrerías de lavado en verde (hablaré de esto en una próxima publicación).

Además de la mayor emisión per cápita, es importante destacar que en el país existe una enorme desigualdad social y es el lugar donde existe la mayor concentración de renta del mundo, el 1 % más rico concentra el 29 % de la renta de todo el país. 

¿Te parece un progreso? ¿Te resulta familiar?

Nada de esto es nuevo para nosotrxs en el movimiento climático del Sur Global: donde existe el desarrollo de la industria del petróleo y del gas, también existe el tridente insostenible: violación de los derechos ambientales, violación de los Derechos Humanos y violación de los Derechos Laborales. Por esta razón, hemos organizado estos datos para tenerlos en cuenta.

  1. Desigualdad: un país minúsculo que, según una lista elaborada este año por Global Finance basada en el PIB per cápita, es el cuarto más rico del mundo, con 112.789 dólares per cápita, solo detrás de Luxemburgo, Singapur e Irlanda. Mientras tanto, el salario mínimo en Catar es de 1000 riales qataríes, lo que equivale a unos 270 dólares. En otras palabras, uno de los países más ricos del mundo tiene un salario mínimo muy bajo para los precios que se cobran en el centro de Doha. Así, estas personas viven principalmente en las afueras de la ciudad o en los barrios más pobres. Y atención, este salario mínimo solo se introdujo el año pasado debido a la presión de la FIFA, que ha estado presionando desde que Catar supo que iba a organizar la Copa Mundial. Antes, no existía el salario mínimo en este país.
  2. Explotación de personas migrantes: se ha producido una fuerte explotación de la mano de obra inmigrante en condiciones inhumanas para la construcción de estadios de lujo. Se han registrado miles de muertes entre las personas trabajadoras migrantes, que suelen venir de algunos de los países más pobres del mundo para realizar trabajos peligrosos, con calor extremo y por salarios bajos. Amnistía Internacional ha llegado a pedirle a la FIFA que destine cuatrocientos cuarenta millones de dólares para compensar a dichos trabajadores y trabajadoras. El periódico británico The Guardian reveló que hasta 6500 personas trabajadoras migrantes de Asia Meridional han muerto en Catar desde 2010, cuando se lo eligió como sede de la Copa Mundial 2022.
  3. Amenaza a la libertad de prensa: la prensa se vio afectada cuando a dos periodistas noruegos de la emisora estatal NRK los detuvo la policía mientras intentaban salir del país. Un poco antes, se emitió una entrevista en el que se hablaba de las condiciones de los trabajadores, y se decía que algunos estaban en “condiciones horribles”. Los periodistas consiguieron llegar a Oslo al día siguiente de la detención. Sin embargo, es importante señalar que ya se había producido una situación similar en 2015, con un periodista de la BBC.
  4. LGBTQIA+: según Amnistía Internacional, Catar es uno de los 70 países del mundo donde las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están penalizadas con hasta siete años de prisión. Hay numerosos informes de miembros de la comunidad LGBT que han sido detenidos por actividades en línea, y el gobierno censura regularmente los contenidos relacionados con la identidad de género y la orientación sexual.
  5. Derechos de la mujer: las mujeres de Catar se enfrentan a la discriminación tanto en la ley como en la práctica, ya que siguen estando subordinadas a sus tutores (padre, marido, hermano, entre otros) y deben pedirles permiso para tomar decisiones importantes como casarse, estudiar, trabajar e incluso acceder a tratamientos de salud reproductiva y controles ginecológicos básicos como la citología, a modo de ejemplo. Además, les resulta muy difícil divorciarse y más aún conseguir la custodia de sus hijos tras el divorcio.
  6. Expansión del petróleo y del gas con una importante participación de empresas del norte global: Por desgracia, los planes de expansión de los combustibles fósiles son cada vez mayores. Según Reuters, el país firmó recientemente un acuerdo de mil millones de dólares con Exxon Mobil, Total Energies, Shell y ConocoPhillips.

Creo que es increíble que los grandes acontecimientos mundiales despierten la atención sobre cuestiones importantes como la desigualdad, los derechos y el clima. Sin embargo, creo que también es importante ser consciente de que Catar no es un caso aislado, y que la mayoría de la gente de allí, el 99 % que no tiene acceso a la riqueza del país, se considera de alguna manera parte de una nación que es rehén del petróleo y del gas.  

Aquí en América Latina, lxs amantes del fútbol, tenemos que sentirnos orgullosxs cuando nuestras selecciones nacionales salgan al campo. ¿Sabes por qué? 

Porque cuando nuestra selección sale al campo, no es solo nuestra nación la que está representada allí.

¡Juntos, con Messi, con Neymar, Cavani y otros, entra en el campo toda una clase, la clase de los países del sur global, de los que nacieron con menos privilegios, de los que mueren por las consecuencias del cambio climático y de los que sufren boicots todos los días, pero que, aun así, quieren marcar la diferencia en el mundo con alegría y un corazón lleno de vida!