Por Nicole Oliveira, 21 de julio de 2015.
Desde hace unos meses Brasil sufre el azote de fenómenos meteorológicos extremos: tornados en el sur del país, sequía en el sureste, lluvias torrenciales en el norte y temperaturas sorprendentemente atípicas, con registros bajos en verano y altos en invierno; manifestaciones nunca antes conocidas.
Sólo en las últimas semanas, la combinación de precipitaciones de más de 100 mm, vientos superiores a los 110 km/h y la caída de granizo con piedras del tamaño de una naranja han causado estragos en las zonas urbanas y rurales de los estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul, dejando a su paso muchos heridos, cientos de personas sin hogar y sembrando el pánico en las regiones afectadas.
“A cada año que pasa, el cambio climático se intensifica y su grado de destrucción aumenta. Además, los fenómenos climáticos extremos están teniendo lugar en regiones donde nunca antes se habían registrado. Esto debería bastar para despertar las alarmas en todos nosotros”, declaró la directora de 350.org Brasil, Nicole Figueiredo de Oliveira.
La representante en Brasil y América Latina de este movimiento global que denuncia el cambio climático señaló que “la sequía, las inundaciones, los tifones, los huracanes, las tormentas de nieve y las intensas olas de calor son señales inequívocas de que algo mucho más grave ocurrirá si no ponemos remedio”. Nicole explicó que, al igual que en Brasil, en otras partes del mundo se han dado fenómenos climáticos extremos sin precedentes como consecuencia de una concentración de CO2 en la atmósfera superior a las 400 partes por millón (ppm) durante todo el mes de marzo, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés), lo que produjo una intensificación del efecto invernadero.
Aunque los niveles de CO2 ya habían superado anteriormente la marca de 400 ppm, ésta ha sido la primera ocasión en que los niveles se han mantenido por encima de esta barrera durante un período tan prolongado. Según la Organización de las Naciones Unidas, el límite para evitar una subida de la temperatura media del planeta de entre 2 y 2.4 grados centígrados es la línea roja de las 350 ppm.
“El aumento de las temperaturas está derritiendo los glaciares de la Antártida y Groenlandia, elevando el nivel del mar y alterando el equilibrio ambiental de todo el planeta. La misión de 350.org es mostrar cómo este incremento afecta negativamente a nuestras vidas y todo cuanto está en nuestras manos hacer para evitar un problema mayor en el futuro”, manifestó Nicole.
En la actualidad, la actividad de 350.org en el país está relacionada principalmente con el movimiento de oposición a la utilización del ‘fracking’, denunciando sus graves consecuencias sobre la biodiversidad y en la salud humana. El ‘fracking’ o fractura hidráulica es una técnica muy agresiva utilizada para la extracción de gas y petróleo de esquistos bituminosos. Aunque los efectos de su contaminación son patentes y es de sobra conocida su relación directa con el cambio climático, el ‘fracking’ no está aún prohibido en Brasil.
Recientemente, el movimiento contrario a su utilización en las explotaciones gasíferas y petrolíferas ha ganado fuerza y apoyos en el país. El pasado 15 de julio, la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Parlamento Federal aprobó un proyecto de ley que propone la prohibición del uso del ‘fracking’ en la extracción de gas y petróleo de esquistos bituminosos por un período de cinco años. El proyecto de ley deberá ser ahora analizado por otras comisiones parlamentarias antes de su votación definitiva en la cámara de representantes.