Debajo de las selvas tropicales del noreste de Ecuador se encuentra un gran reservorio de petróleo, el cual representa una quinta parte de las reservas de petróleo de un pequeño país andino y potencialmente miles de millones de dólares en ingresos. Directamente sobre este reservorio, se encuentra el Parque Nacional Yasuní, hogar de una la más rica diversidad de vida silvestre en el Mundo, afirman biólogos de Estados Unidos y de Ecuador.

Frente a estos dos tesoros, el Ecuador está llevando a cabo un plan insólito para cosechar los beneficios del petróleo, sin necesidad de extraerlo.  La idea prevé efectivamente el pago de los países ricos por dejar el crudo ecuatoriano –  y el dióxido de carbono que resulte de su uso – bajo el suelo. Los ambientalistas aplauden esta iniciativa como un precedente  para una aproximación de la conservación desde los países en desarrollo.

Ecuador  venderá  los certificados a los gobiernos o las empresas para que se les permitan emitir dióxido de carbono en cantidades correspondientes al carbono dejado bajo tierra en el Yasuní.

“Desde mi perspectiva, esto tiene que funcionar”, dijo Matt Finer, un biólogo de Save America´s Forest con sede en Washington, quien ha estudiado el Parque Nacional Yasuní. “Esta zona es realmente de suprema importancia para la conservación global”.

“El beneficio para el planeta no es dejar el petróleo bajo tierra. Eso no tiene ningún beneficio. El beneficio es el C02 que se mantendrá en la tierra”, dijo. “Así que la idea es tratar de obtener una indemnización no por el petróleo sino por el carbono”.

El dinero de la venta de los certificados de emisión de carbono – irán a un fondo fiduciario administrado por las organizaciones internacionales. El interés se los dedicará  a la protección de parques nacionales y al financiamiento de proyectos de energía alternativa y otras iniciativas ambientales.

Alemania ha expresado su apoyo al Proyecto Yasuní. El Parlamento alemán aprobó una resolución, en junio,  en favor del proyecto y ha financiado un estudio que indique cómo puede funcionar. Ute Koczy, un legislador de la oposición Partido Verde, quien viajó al Ecuador como parte de una delegación de estudiar la cuestión, dijo que otros países, en particular los Estados Unidos, deberían ayudar a encontrar formas de apoyar esta propuesta.

“La propuesta de Ecuador sigue siendo única. No hay otra propuesta como esta en todo el mundo. Eso hace que sea poco complicado encontrar apoyo”, dijo. “El presidente de Ecuador está muy impaciente y puede entregar  toda la zona a [la española de petróleo y gas] Repsol o China o alguien más. Está bajo la presión de las grandes compañías petroleras.”

Atacar el cambio climático de este modo podría resultar eficaz, ya que simultáneamente ataca a los dos principales motores de emisiones de gases de invernadero – los combustibles fósiles y la deforestación, dijo Thomas E. Lovejoy, presidente del H. John Heinz III, Centro para la Ciencia, Economía y Medio Ambiente , con sede en Washington

“Mi impresión es que es realmente una idea innovadora y audaz, pero creo que probablemente se adelanta de su tiempo”. dijo Joe Keenan, director general de la región de América Latina de The Nature Conservancy.

 

Washington Post Foreign Service
Tuesday, May 26, 2009

 

https://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/05/25/AR2009052502402.html?sid=ST2009052701226