Por Rocío Rodríguez Almaraz
Los recursos naturales de América Latina y el Caribe no se pueden medir con ninguna vara. Esto lo sabe todo el mundo desde los inicios de la colonización: lo que tenemos vale y mucho. Petróleo, gas, minerales como el litio, el cobre y el oro, biodiversidad, agua. Nuestros recursos han sido los que han vuelto ricas a otras naciones a lo largo de la historia, por eso hemos sido víctimas constantes de la sobreexplotación, la contaminación y los efectos de la crisis climática.
Nuestra riqueza es nuestro karma. Pero no tiene por qué ser así.
El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como Acuerdo de Escazú por la ciudad costarricense donde fue adoptado, nos brindaría los instrumentos legales que la región necesita para lograr una mayor participación ciudadana, generar transparencia en la toma de decisiones que afectan al ambiente y proveer de un marco legal a quienes arriesgan sus vidas en defensa de los derechos ambientales.
Se trata también del primer acuerdo a nivel mundial que, una vez vigente, establecería garantías para proteger a los defensores ambientales en una región donde ejercer el activismo puede arriesgar su seguridad y sus vidas. Es un acuerdo clave para darle la voz necesaria a los reclamos de las comunidades de América Latina y el Caribe y alcanzar así una mayor justicia.
Debemos destacar por qué es tan importante que se ratifique el acuerdo. Para que, por primera vez, los gobiernos latinoamericanos y caribeños resguarden activamente, con la participación de los ciudadanos, el valor de nuestros bienes comunes.
Entonces, ¿qué falta para que Escazú entre en vigor?
El acuerdo fue firmado por 22 países, entre los que se encuentra Argentina, y necesita de 11 ratificaciones para tener efecto. Hasta el momento sólo fueron 9 los países que lo ratificaron: Antigua y Barbuda, Bolivia, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis y Uruguay; ninguno de ellos es grande en tamaño y población como para iniciar un movimiento que impulse al resto de los países de la región hacia la ratificación. Por eso es que es tan importante la ratificación de Argentina, porque los gobiernos actuales de Brasil y Chile no poseen una política orientada a la protección ambiental. Puede que la Argentina sea la única pieza clave para poner en funcionamiento el engranaje del acuerdo.
La historia de Argentina y el acuerdo
Argentina firmó el tratado el 27 de septiembre de 2018, un año antes de la mayor movilización climática y ambiental de la historia que movilizó a más de 7,6 millones de personas. Fue uno de los participantes más activos en el desarrollo de la negociación y el interés del país por el tratado trascendió a los distintos gobiernos, ya que las tratativas se iniciaron al final del mandato de Cristina Fernández de Kirchner, se avanzó fuertemente durante el mandato de Mauricio Macri y ahora con Alberto Fernández se encuentra a la espera del tratamiento en el Senado Nacional. Cabe destacar que habría un interés bastante generalizado por ratificar el acuerdo.
Son varios los proyectos de ley que se presentaron en la Cámara de Diputados al respecto, provenientes de distintos bloques y partidos políticos. Entre ellos se encuentra el de la Diputada Nacional Brenda Austin, quien participó de un encuentro entre legisladores y miembros de la sociedad civil bajo por la iniciativa “Legisladores x el Ambiente”, propulsada por 350.org Argentina, que contó también con la presencia de Rubens Born, colaborador de Grupo Esquel (Brasil), investigador y experto en políticas públicas medioambientales, y Andrés Nápoli, Director Ejecutivo de FARN.
A partir de este encuentro, el grupo de legisladores envió una carta el lunes pasado (10/8) dirigida a los presidentes de las comisiones donde se tratará el acuerdo en la Cámara de Diputados y la de Senadores respectivamente, para unirse a los reclamos de las distintas organizaciones que buscan la ratificación. Un día después, los legisladores fueron informados de que el acuerdo se tratará hoy jueves en el Senado, lo que los llevó a enviar una nueva carta, a todos los senadores nacionales para considerar la importancia de la ratificación.
A la espera de un resultado favorable, depositamos nuestras mayores expectativas en el buen juicio de los senadores argentinos.
Rocío Rodríguez Almaraz es escritora y colaboradora de 350.org Argentina.
Crédito de la imagen: Marc Olivier-Godoin de Unsplash