Cuando empezamos a pensar sobre la posibilidad de formar una campaña internacional sobre el cambio climático, pensamos que uno de los mayores retos sería el idioma. Con personas a través de todo el mundo hablando sus propios idiomas, ¿cómo un único mensaje común podía unir todos nuestro esfuerzos?
Resultó que fueron precisamente los idiomas la parte más sencilla de la campaña. Pensamos en muchos y distintos tipos de mensajes que definirían el movimiento climático global. Pero nos dimos cuenta que podíamos difundir tanto la urgencia de la desestabilización del clima como la escala global de nuestro movimiento con un solo número: 350. Entonces empezamos a organizarnos con gente de todas las partes del mundo, personas que en su mayoría que nunca llegaremos a conocer directamente.
Organizando de manera global, impactando a través de la web, y de manera creativa. Por eso formo parte de este movimiento.
El pasado Martes, fue un día especial, el 10 de Agosto, lo que marca la cuenta atrás: 2 meses exactos nos quedan hasta el 10 de Octubre (10/10/10), día en el que una vez más mostraremos la fuerza de este movimiento climático global.
Realmente está dejándose notar por todo el mundo, y es nuestra gran esperanza la de unir mareas grandes y pequeñas de petróleo, olas de calor mortales, negociaciones atascadas, y discursos políticos insípidos.
El concepto es muy sencillo: reunirse con amigos, familiares, vecinos, tu asociación o club. En definitiva, cualquier persona que te sea cercana o con la que compartes algo. Dedicaros a ver cómo mejorar vuestro entorno, vuestro barrio donde vivís. Poneros manos a la obra con acciones que eliminen las emisiones de carbón.
Eso puede significar muchas cosas distintas: cosechar en vuestro huerto para demostrar las soluciones que aporta un sistema basado en alimentos locales; o montar un taller para reparar bicicletas para animar a más gente hacia una movilidad más sostenible, o a realizar un seguimiento en vuestros colegios sobre el gasto energético y el compromiso de reducirlo por lo menos en un 10%, o realizar plantaciones forestales.
Invita a empresas “verdes” a exponer y demostrar cómo están haciendo para frenar el calentamiento global. Y lo más importante, ¡no olvides añadir el toque de diversión, música, baile y lo que se os ocurra! ¡Trabajo comunitario en diversión frente al calentamiento global!
Todo esto vendrá acompañado de un mensaje a llevar a todos los políticos. Si podemos trabajar con nuestros vecinos y rehacer nuestros barrios, entones nuestros líderes políticos tendrán que ser capataces de hacer lo que se les está pidiendo: la necesidad de implementar unas políticas que dicten el abandono drástico e inmediato de los combustibles fósiles.