Publicado originalmente en Infobae
Los líderes mundiales, reunidos en la cumbre del grupo de las veinte economías más desarrolladas del planeta que está teniendo lugar en Alemania, emitieron un comunicado conjunto con el objetivo de presionar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que se comprometa con las temáticas del clima y las migraciones.
En el centro de convenciones de Hamburgo, los llamados países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) llamaron al G-20 a comprometerse con la implementación del acuerdo de París, teniendo en cuenta que Trump había anunciado el mes pasado la decisión de que Estados Unidos se retiraba del compromiso.
Según declaró Xi Jinping, el presidente chino: “El acuerdo de París sobre el cambio climático es un consenso importante que no se logra en forma fácil y no debe darse por perdido fácilmente”, mientras que Theresa May, primera ministra del Reino Unido, declaró a la BBC que pedirán que el presidente Trump reconsidere su decisión sobre la salida de dicho acuerdo: “No estamos renegociando el acuerdo de París, eso se queda, pero me gustaría que Estados Unidos vea formas de volver a unirse”.
El grupo de G-20 está conformado por la Unión Europea y 19 países industrializados y emergentes: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
Por su parte, el papa Francisco escribió una carta a la anfitriona de la cumbre, la canciller alemana Ángela Merkel, en la que le pide al G-20 “soluciones no traumáticas” al drama de los migrantes. En su texto, Francisco enfatiza: “En cada una de las fases de actuación de las medidas políticas hace falta darles prioridad absoluta a los pobres, a los refugiados, a los sufrientes, a los desplazados y a los excluidos, sin distinción de nación, raza, religión o cultura y de rechazar los conflictos armados”.
Mientras en el centro de convenciones de la ciudad de Hamburgo los presidentes debatían, en los alrededores podía observarse el violento enfrentamiento entre los manifestantes y la feroz represión de la policía alemana que tenía preparado un imponente operativo de seguridad con carros hidrantes, alrededor de veinte mil agentes de seguridad y varios helicópteros cuyo objetivo es garantizar la seguridad de la reunión del G-20 y la zona de hospedaje de los mandatarios y los jefes de Estado que han concurrido a la cumbre.
Ángela Merkel tiene varios desafíos como anfitriona de la cumbre: generar un consenso entre los principales líderes mundiales sobre la agenda del comercio, el cambio climático y las migraciones, y, a su vez, demostrar que puede garantizar la seguridad de la reunión en un momento clave para Alemania, ya que están en proceso de campaña previo a las elecciones de septiembre.