Los informes del IPCC pueden parecerse a un sueño febril para cualquiera que haya seguido las noticias sobre el clima de la última década. Otra advertencia de una ventana de oportunidad que se cierra, otra oportunidad para que los pregoneros del fin del mundo griten “¡estamos perdidos!” a lo largo de todas las redes sociales. Pero cuando se examina el informe en sí, el mensaje puede ser muy diferente. La ciencia es muy clara: ya tenemos las soluciones que necesitamos. ¡Solo tenemos que aplicarlas!
Las soluciones se encuentran disponibles
La suerte está de nuestro lado: ¡no tenemos que esperar a que se produzcan avances tecnológicos revolucionarios! No necesitamos esperar a soluciones milagrosas, porque ya tenemos las soluciones. El IPCC incluso las coloca en una lista y, sí, la energía solar y la eólica encabezan la lista. Además de éstas, los científicos del mundo señalan otras soluciones viables, escalables y asequibles que pueden aplicarse a nivel de comunidad, como la electrificación de los sistemas urbanos y el aumento de la eficiencia energética, entre otras.
No necesitamos milagros tecnológicos para resolver la crisis climática. Lo que necesitamos es reducir las emisiones, y para ello tenemos que dejar de quemar combustibles fósiles. En los sectores para los que hay reemplazos fácilmente disponibles, como la producción energética (que tiene la mayor parte de las emisiones), hay que hacerlo sin demora.
La ciencia es clara: las energías solar y eólica se encuentran disponibles, son baratas y escalables.
La siguiente mejor medida de mitigación es reducir el metano procedente del petróleo, el gas y el carbón. Las iniciativas experimentales como la captura y almacenamiento del carbono (CAC), la bioelectricidad o la geotermia se quedan atrás, mientras que medidas sucias y bajas en carbono como la energía nuclear no pueden competir con la solar y la eólica. El IPCC sí las menciona como posibles medidas adicionales de mitigación. Pero eso es lo que podrían ser: un pequeño empujón adicional a la verdadera solución, que es cambiar radicalmente nuestros sistemas energéticos invirtiendo en fuentes renovables.
Las soluciones son urgentes y valen la pena
La meta de 1.5 ºC está viva y alcanzarla requiere una reducción inmediata y profunda de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La ciencia dice que podemos mantener el calentamiento por debajo de 1.5 ºC, y si lo conseguimos, salvaremos incontables vidas y medios de subsistencia, la mayoría de ellos en el Sur Global. ¿No vale la pena el esfuerzo?
Según el IPCC, algunos cambios son inevitables, pero pueden limitarse si actuamos con rapidez y audacia para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
“Una mitigación profunda, rápida y sostenida; y una aplicación acelerada de las medidas de adaptación en esta década reducirían las pérdidas y los daños previstos para los seres humanos y los ecosistemas […] y aportarían muchos beneficios derivados, especialmente para la calidad del aire y la salud […]. Retrasar las medidas de mitigación y adaptación bloquearía la infraestructura de altas emisiones, aumentaría los riesgos de los activos varados y de la escalada de costos, reduciría la viabilidad y aumentaría las pérdidas y los daños […]”.
Las soluciones son del interés de todos
Salvo para quienes se llenan los bolsillos con la industria de los combustibles fósiles y sus aliados, las soluciones mejorarán las condiciones de vida de las comunidades de todo el mundo. Garantizarán un mundo más justo y equitativo, un acceso abundante y limpio a la energía para todos y un medio ambiente más sano.
Según el IPCC, “muchas acciones de mitigación tendrían beneficios para la salud a través de una menor contaminación atmosférica, la movilidad activa (por ejemplo, caminar, montar en bicicleta) y cambios hacia dietas saludables sostenibles. […] La adaptación puede generar múltiples beneficios adicionales, como la mejora de la productividad agrícola, la innovación, la salud y el bienestar, la seguridad alimentaria, los medios de vida y la conservación de la biodiversidad”.
Los compromisos actuales no son suficientes
Tenemos las soluciones que necesitamos. Si no las estamos aplicando a la escala que el mundo requiere, no es porque no podamos: es porque decidimos no hacerlo. El informe del IPCC destaca que la falta de implementación responde, sobre todo, a la escasez de financiación, desarrollo y transferencia de tecnología, y a las capacidades. Esto es especialmente cierto en el caso de los países empobrecidos (los menos responsables históricamente del calentamiento global).
Las soluciones dependen de los gobiernos, las organizaciones intergubernamentales, la sociedad civil y el sector privado. Todos tenemos un rol que desempeñar, pero para empezar, el IPCC deja algo claro: los gobiernos del mundo tienen que hacer mejor las cosas. Sus compromisos actuales (conocidos en la diplomacia climática como “Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional” o CDN) no están en consonancia con un futuro habitable, justo y equitativo para todos. Estamos avanzando en la dirección correcta, pero no lo suficientemente rápido.
Nuestro rol consiste en presionar a los tomadores de decisiones para que abandonen los combustibles fósiles e implanten energías renovables lo más pronto posible. Y eso es lo que estamos haciendo nosotros en 350.org. Únete a nosotros!