Por Juan Pablo Olsson*
El pasado 27 de febrero llegaron a la Plaza del Congreso de La Nación, en Buenos Aires, los héroes de la Asamblea Jáchal No Se Toca. Los cicloactivistas en defensa de la vida y el agua recorrieron 1.400 kilómetros durante 8 días, atravesando las principales ciudades del país con el fin de contrarrestar el silenciamiento de las autoridades y los medios de comunicación de San Juan ante la contaminación provocada por la megaminería en la provincia, y denunciar los intentos de modificación de la Ley de Protección de Glaciares.
En el año 2005 la empresa Barrick Gold comenzó la explotación de la Mina Veladero en San Juan, para la extracción de oro y plata de los yacimientos en la Cordillera de los Andes, a través del método de megaminería a cielo abierto con utilización de cianuro, ácido sulfúrico y mercurio. Transcurridos 10 años, las promesas de creación de empleo, prosperidad y bienestar para los sanjuaninos se revelaron como meros engaños, y desde septiembre de 2015 comenzó la pesadilla, ante las evidencias de la contaminación.
Desde ese año y posteriormente, se sucedieron tres derrames de millones de litros de agua cianurada con metales pesados, contaminando cinco ríos que son fuente del agua potable de los pueblos de la región. Además, actualmente la Barrick Gold está operando sobre zona glaciar y periglaciar, afectando los recursos hídricos a pesar de la vigencia de la Ley 26.639 de Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y el Ambiente Periglaciar que lo prohíbe especialmente.
El río Jáchal fue uno de los más duramente afectados por la contaminación, y la Asamblea de vecinos “Jáchal No se Toca” – que se había conformado para rechazar la instalación de una mina de uranio – comenzó desde entonces a demandar un estudio serio de la contaminación real de ese río, dado que el gobierno local pretendía ocultar y contradecir los estudios realizados por la Universidad Nacional de Cuyo. Estos estudios demostraron la contaminación de la cuenca del río Jáchal con metales pesados en dosis de hasta 14 veces por encima de los valores tolerables según la normativa nacional, con alto riesgo para la salud humana. La existencia de una proporción significativa de sustancias tóxicas prohibidas se verificó además en los ríos Potrerillos, Blanco, Palca y Las Taguas.
Ante las declaraciones del Ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, considerado por los ambientalistas como un “lobbista de las mineras”, acerca de la intención de modificar la actual Ley de Glaciares, con el fin de garantizar el avance de 44 proyectos mineros que exigen esa reforma, los asambleístas de Jáchal decidieron emprender una épica bicicleteada para llevar su mensaje: “La Ley de Glaciares No se Toca”.
Como señaló Arturo, uno de los ciclistas jachaleros que pedaleó días enteros a lo largo de las rutas, “tenemos que proteger los glaciares porque viene de ellos el agua que tomamos todos los argentinos”. Como afirmó Domingo Jofré, referente da Asamblea Jáchal, en su discurso frente al Congreso Nacional: “Nosotros de Jáchal, que aguanta y resiste, recibimos la orden y el mandato de nuestras mujeres y de nuestros niños, que nos dijeron: ¡AGARREN LA BICICLETA Y VAYAN A DECIRLES QUE NO SE JODE MAS CON NOSOTROS!”
A partir de esta patriada, el desafío es fortalecer la coordinación entre los movimientos ambientalistas del país, en defensa del agua y de la vida, con el fin de contrarrestar la impunidad de las corporaciones, con la complicidad de los funcionarios del gobierno. El mensaje transmitido en el acto de recibimiento a los ciclistas por parte de artistas, músicos, movimientos sociales, ambientales y de derechos humanos fue claro: estamos atentos y dispuestos a continuar una larga lucha, pues “El agua vale más que el oro” y “Los Glaciares no se tocan”.
*Juan Pablo Olsson es coordinador de campañas climáticas de 350.org América Latina