El año pasado en París prácticamente todos los gobiernos del planeta se comprometieron a mantener el aumento de la temperatura global ‘muy por debajo de los 2 °C’, con el objetivo de quedarse en 1.5 °C. Ya sabemos que hay una enorme brecha entre estos objetivos y los planes reales de acción de los gobiernos. Pero ¿qué necesitamos que suceda para cumplir esos objetivos y evitar el declive hacia el cambio climático?
Nivel de carbono que todavía podemos emitir para limitar el calentamiento global a 1.5 °C: 200 GT CO2
… pero hay incertidumbre sobre si esta cantidad es incluso demasiado elevada
Los escenarios de cómo podemos llegar al objetivo de 1.5 °C nos dejan con menos de 200 gigatoneladas de CO2 (IPCC), quizás incluso menos, para emitir a la atmósfera a partir de 2016. En la actualidad estamos emitiendo alrededor de 40 GtCO2 por año (combustibles fósiles más cambio del uso de la tierra).
Los científicos ya no hablan de mantener el calentamiento por debajo de los 1.5 °C. Hablan de rebajar el calentamiento a niveles por debajo de 1.5 °C. Todos los escenarios de 1.5 °C incluyen un ‘exceso’ de hasta 1.7 °C antes de volver a enfriarse.
Se supone que esta ‘reducción’ se logrará, en parte, mediante la captura y almacenamiento del carbón, también conocido como captura y retención (CCS = siglas en inglés). Actualmente el CCS no está ni fácilmente disponible ni es económicamente viable. Incluso si la tecnología para el CCS fuera utilizada, en el mejor de los casos (cerca de 3,800 proyectos de CCS funcionando para el 2050), sólo empezaría a reducir las emisiones después de 2030 y aumentaría el presupuesto de carbono en aproximadamente 125 Gt (fuente: Rastreador de Carbono, Carbón no combustible 2013).
En otras palabras, ya hemos agotado el presupuesto de carbono para tener incluso un 50% de posibilidades de llegar al objetivo de 1.5 °C. A partir de ahora, deberíamos reducir cada tonelada de carbono que emitimos.
Presupuesto de carbono que queda para limitar el aumento de la temperatura global a 2 °C: 470 GtCO2
Incluso para tener cualquier tipo de oportunidad de cumplir con el objetivo de 2 °C, las emisiones tienen que llegar a su cima ahora y disminuirse precipitadamente. Para poder llegar al menos a un 66%, no podemos emitir más de 470 GtCO2 a partir del 2015 (fuente: Naturaleza: Diferencias entre las estimaciones del presupuesto de carbono reveladas). Esta es la cifra más baja entre varios escenarios de presupuestos que van hasta los 1020 Gt y cuentan las emisiones de gases de efecto invernadero, además del CO2, como el metano.
Si te estás preguntando lo que esto quiere decir, en la práctica, significa acabar definitivamente con todo lo relacionado con los fósiles. No más centrales eléctricas de combustibles fósiles, no más proyectos de extracción, no más gasoductos, no más permisos de perforación, no más financiación de los combustibles fósiles. También significa reducciones masivas de la producción de combustibles fósiles.
Reservas de las compañías de combustibles fósiles: entre 2.734 y 5.385 GtCO2.
Independientemente de esto, las compañías de combustibles fósiles siguen buscando más carbón, petróleo y gas para quemar.
Las reservas de carbón son difíciles de precisar. Las industrias declaran las reservas ellos mismos y están sujetos a la viabilidad económica — lo que significa que reservas significativas podrían quedar fuera de la categoría de ‘reservas probadas’ cuando resulta caro extraerlas y el precio del petróleo cae, por ejemplo. Según cálculos del IPCC (Informe de evaluación 5 – grupo de trabajo 3, página 525), las reservas de carbón que las compañías de combustibles fósiles declaran está entre 2.734 and 5.385 GtCO2 – mucho, mucho más de lo que podemos quemar.
Cuando hicimos los cálculos en 2012, nos dimos cuenta de que es necesario que el 80% de las reservas de combustibles fósiles quede bajo tierra. A estas alturas, el 80% puede incluso ser inadecuado debido a la disminución del presupuesto de carbono y las crecientes reservas de combustibles fósiles.
Entonces, ¿ahora qué?
Las diversas cifras y los escenarios presentados resultan de ayuda para entender las realidades científicas a las que nos estamos enfrentando, pero son simples puntos de referencia en lugar de marcadores claros.
El caos climático ha llegado hace tiempo para varias personas en diferentes partes del mundo y el aumento de la temperatura global de 1.5 °C significará incluso más destrucción de lo que ya estamos viendo.
Los impactos del cambio climático que estamos presenciando hoy exigen acciones urgentes inminentes. No es un tema que podemos dejar para la ‘segunda mitad del siglo’, 2030 ni 2020. Necesitamos mantener los combustibles fósiles bajo tierra siempre que sea posible, empezando ahora. Nuestras acciones de hoy determinarán cuánto carbono emitimos y la intensidad que tendrá el cambio climático.
Tenemos pocas razones para esperar que los gobiernos o las compañías de combustibles fósiles vayan a tomar las medidas que necesitamos urgentemente. Depende de la gente común actuar para mantener el carbón, petróleo y gas que no podemos quemar bajo tierra y construir un futuro de energías renovables basadas en la comunidad que está a nuestro alcance. Y es esta gente corriente uniéndose la que nos da razones para tener esperanza.
Si todas estas cifras sobre los presupuestos de carbono te han dejado descorazonad@, dirígete a breakfree2016.org y encontrarás imágenes de personas de todo el mundo uniéndose en una ola escalada de acciones masivas sin precedentes para mantener el carbón, petróleo y gas bajo tierra. Hay un movimiento global de personas resistiendo contra los combustibles fósiles para paralizar nuevos proyectos y cerrar los existentes, y presionando a los inversores para que corten sus lazos con la industria mientras trabajan para construir las soluciones que tenemos a nuestro alcance. Los movimientos sociales a lo largo de la historia han traído grandes cambios que a menudo parecían imposibles en el momento.
No está claro cómo acabará esta historia para nosotros. Pero si alguna vez fue el momento de luchar, es sin duda ahora. ¡Únete a nosotros!
Por Brett Fleishman & Melanie Mattauch