La ciudad de Kobe, situada entre el mar y la sierra de Rokko, en la prefectura japonesa de Hyogo, se considera una de las ciudades más bonitas y atractivas de la región de Kansai. También es el hogar de una central eléctrica de carbón de 1.400 megavatios. Ahora, un grupo de ciudadanos locales, organizaciones ecologistas y expertos en derecho y políticas medioambientales están luchando para detener la construcción de dos nuevas plantas de carbón a gran escala.

El grupo afirma que las nuevas centrales contaminarían aún más los cielos de Kobe con emisiones de óxidos de azufre (SOx) y de nitrógeno (NOx), subproductos de la quema de carbón que provocan enfermedades respiratorias, degradan el medio ambiente a través de la lluvia ácida y dañando la vida vegetal, entre otros impactos.

La contaminación del aire y la degradación ambiental no serán los únicos efectos de la construcción de nuevas infraestructuras de carbón en la ciudad. En 2017, el periódico The Guardian publicó un informe sobre las ciudades más vulnerables del mundo a la subida del nivel del mar como resultado de un calentamiento del planeta de tres grados. La ciudad de Osaka, justo al oeste de Kobe, fue señalada como una de las más vulnerables. Se proyecta que 5,2 millones de habitantes sean afectados por el aumento del nivel del mar, las marejadas ciclónicas y otros factores. Las ciudades costeras de la Bahía de Osaka, incluída Kobe, también son consideradas altamente vulnerables.

La edición más reciente del Informe de la Brecha de Emisiones (Emissions Gap Report) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente afirma que, como condición necesaria para contener el calentamiento por debajo del umbral de 1,5-2ºC, como se establece en el Acuerdo de París, no puede instalarse más potencia eléctrica a partir de carbón, y debe acelerarse el abandono de las plantas ya existentes. Expandir aún más la capacidad basada en carbón de Kobe sólo contribuirá a que la temperatura global aumente y a que suba el nivel del mar.

Los planes para construir nuevas centrales de carbón en la ciudad los encabeza Kobe Steel, un gran fabricante de acero japonés con base en Kobe. La compañía tiene una historia tristemente célebre si se habla de la contaminación del aire. En los años 70, Kobe Steel estaba entre las diez empresas que fueron llevadas a juicio por residentes locales debido a la contaminación del aire causante de enfermedades antropogénicas que afectaron a miles de ciudadanos. 20 años más tarde, las compañías admitieron su culpa y aprobaron una compensación reparatoria para las personas afectadas, resolviendo la disputa

Los planes actuales de Kobe Steel para impulsar la construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón a pesar de la enorme oposición por parte de la comunidad ilustran lo poco que la empresa ha aprendido de su contaminante pasado.

Los señalamientos a su reputación por conducta impropia en la evaluación de productos también han supuesto dificultades para Kobe Steel. En agosto de 2017, la empresa admitió haber falsificado certificados sobre la fuerza y resistencia de sus metales durante al menos una década. En octubre de 2017, el gobierno de la prefectura de Hyogo suspendió la autorización de impacto ambiental de las centrales planificadas, aludiendo a la falta de honestidad de la compañía al falsificar información sobre sus productos.

Investigaciones de 350.org Japón indican que las instituciones financieras son culpables de avivar el asunto, incrementando sus préstamos y servicios de apoyo a empresas, incluida Kobe Steel, que están involucradas en el desarrollo de proyectos de carbón en el país tras la firma en 2015 del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Mizuho Financial, Sumitomo Financial Group y Mitsubishi UFJ fueron los tres mayores acreedores, proporcionando alrededor del 62% del crédito identificado como atribuible al desarrollo de proyectos de carbón.

Actualmente, la batalla contra las nuevas plantas de carbón ha pasado a una nueva fase, al decidir el grupo local llevar a juicio a Kobe Steel por los riesgos de contaminación del aire y cambio climático.

La profesora Haruka Kubo de la Universidad de Konan, una de las promotoras de la denuncia, afirma: “En los últimos años hemos visto un incremento en el número de días de calor extremo y en las lluvias torrenciales. Los efectos del calentamiento global nunca se habían sentido tan reales como ahora. Además de los inevitables impactos sobre la estabilidad del clima, las centrales eléctricas se construirán junto a una zona densamente poblada por niños y niñas vulnerables a la contaminación y pacientes afectados por enfermedades antropogénicas. Es obvio que estas centrales eléctricas de carbón supondrán nuevos problemas, pero los sistemas políticos y legales que rigen en Japón hoy en día no son efectivos para detener su construcción. Así pues, hemos decidido tomar cartas en el asunto y acudir a los tribunales”.

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