Millones de personas salieron a las calles este año para exigir acción por el clima. Liderados por los movimientos de jóvenes, mujeres, pueblos indígenas, trabajadores y justicia climática, toda la sociedad civil hicimos oír nuestras voces como nunca antes, abriendo los ojos del mundo ante la emergencia climática.
Ahora nuestras voces están siendo silenciadas. Cientos de nosotros nos manifestamos en los pasillos de la COP25 hoy en Madrid -no para obstruir el progreso, sino para impulsarlo-.
Nuestro lema era: “Intensifica, paga”. Era un mensaje para los países industrializados ricos que se niegan a cumplir con sus compromisos conforme al Acuerdo de París y el derecho de los derechos humanos para proporcionar financiación para apoyar a las comunidades que sufren desastres cada vez más graves. Era un mensaje para los contaminadores corporativos, quienes deambulan por estos pasillos buscando obtener ganancias del sufrimiento del mundo con sus falsas soluciones al cambio climático, en lugar de hacer una transición para salir de una economía de combustibles fósiles y pagar por el daño que han hecho.
En lugar de expulsar a estos contaminadores, la 25ª Conferencia de las Partes de la CMNUCC (COP25) expulsó a la gente. En lugar de escuchar nuestras voces, intentaron silenciarnos. Nos empujaron, intimidaron y tocaron sin nuestro consentimiento. Nos expulsaron de las salas de negociación, nos dijeron que podíamos desarrollar nuestra acción afuera, al tiempo que levantaron una enorme puerta de metal y nos guiaron hacia afuera. No se nos previno sobre las intenciones del personal de seguridad de la ONU de quitarnos nuestras acreditaciones. Permanecimos de pie en el frío, muchas personas sin nuestras chaquetas y abrigos mientras luego vimos la enorme puerta de metal cerrarse dejándonos en el frío exterior. A una mujer indígena no se le permitió regresar para alimentar a su bebé.
Esto nunca había sucedido antes en 25 años de negociaciones. Sin embargo, no podría simbolizarse mejor esta crisis que enfrentamos.
Las personas de todo el mundo están exigiendo justicia y luchando contra la opresión, mientras quienes están en el poder intentan excluirnos. Se llenan la boca agradeciéndonos por nuestra acción, pero cuando llega el momento de actuar, nos cierran la puerta en la cara al mismo tiempo que ofrecen una plataforma a los contaminadores. La ONU y los países quieren reconocer el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas, pero han decidido no reconocer los derechos de los pueblos indígenas. Es un patrón que tiene lugar en todo el mundo, desde Chile hasta los pasillos de la COP25, a todos los lugares donde las comunidades locales y los pueblos indígenas luchan por sus derechos y su futuro.
No daremos ni un paso atrás. Exigimos pleno acceso para la sociedad civil y los pueblos del mundo a estas negociaciones y a todos los procesos internacionales. Exigimos que se escuchen nuestras voces.
¡El pueblo unido jamás será vencido!
Circunscripciones (Constituencies)
Nathan Thanki (¡Justicia Climática Ya!)
Tasneem Essop (Red de Acción Climática-CAN Internacional)
Bert de Wel (Confederación Sindical Internacional)
Bridget Burns (Bloque de Mujeres y Género)
Tom Goldtooth (Red Ambiental Indígena / Miembro Asesor de la Minga Indígena-Madrid)
Organizaciones de la sociedad civil (en orden alfabético) – solo nombres de las organizaciones
350.org
ActionAid
Amigos de la Tierra Internacional
Amnistía Internacional
Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente
British Columbia Council for International Cooperation
CCFD-Terre Solidaire
Climate Action Network South Asia
Climate Reality Project
Corporate Accountability
Ecologistas en Acción
Friends of the Earth Bulgaria
Indigenous Environmental Network
La Ruta del Clima
Movimiento de los Pueblos de Asia sobre Deuda y Desarrollo
Oil Change International
SustainUs