En hecho histórico, la provincia de Río Negro, en la Patagonia Argentina, acaba de aprobar, a la noche de este viernes, la primera ley provincial prohibiendo la instalación de centrales nucleares en su territorio. Con 44 votos a favor y sólo un contra, el proyecto de ley fue presentado por el gobernador Alberto Alberto Weretilneck tras una intensa manifestación de ambientalistas, ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil rionegrina, como la Asamblea Patagonia No Nuclear, 350.org Argentina y COESUS latinoamericana contra el fracking.
Las movilizaciones comenzaron cuando el gobierno federal anunció que se construiría en la región la quinta planta nuclear del país prevista para 2020 y que demandaría la contratación de unas 4.000 personas, de las cuales 800 vendrían fuera de Argentina. El plan del gobierno era implantar el proyecto en la localidad de Sierra Grande, lo que podría comprometer todo el territorio de Río Negro. Según el gobernador Alberto Weretilneck, la posición de la provincia fue, desde siempre, “indeclinable”.
El 25 de julio, cientos de activistas tomaron las calles de Viedma, capital de la provincia, en manifestación contra la visita de una comitiva de treinta técnicos – la mitad argentinos, de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), de la Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA) y de la empresa INVAP; y la otra mitad chinos de la empresa estatal National Nuclear Corporation China (CNNC), que llegó al lugar para hacer investigaciones sobre la ubicación de la planta. Miembros de la Asamblea No Nuclear los recibieron con banderas con el número cuatro en chino – símbolo nefasto para los orientales, como nefasta resultaba su intención para los patagónicos.
El 9 de agosto fue convocada una marcha nacional, tomando la fecha por el bombardeo nuclear a Nagasaki, y teniendo presente también el de Hiroshima (06/08), para recordar el origen bélico y principal leitmotiv de energía nuclear. Se movilizaron miles de patagónicos en Viedma y adhirieron con marchas y actividades en otras 43 ciudades argentinas. Mientras tanto se concretaron charlas formativas y informativas, actividades artísticas, asambleas, proyección de documentales, una presentación ante la ONU, y se juntaron más de veinte mil firmas, que se presentaron ante la misma legislatura que hoy aprobó la ley.
Luego de éso, en las elecciones primarias el oficialismo quedó en tercer lugar. Y decidió descartar el proyecto de instalación de la planta nuclear en Río Negro. Se presentaron dos proyectos de ley en la semana, prohibiendo la instalación de plantas nucleares de potencia en el territorio Provincial: uno por la oposición, otro por el oficialismo. Fue tratado sólo este último proyecto y se aprobó por mayoría después de seis horas de debate, ante numerosos activistas que estuvieron presentes durante toda la jornada.
“Sentimos que la ley ha sido aprobada por completo, ya que el artículo 1 prohíbe la instalación de centrales nucleares de alta potencia en la provincia de Río Negro, pero su artículo 2 excluye las usinas menores fabricadas por INVAP. Lo aprobado hoy es un principio, pero la lucha continúa porque los argentinos aspiramos a una Argentina No Nuclear”, dijo la activista Fabiana Vega, representante de la Asamblea Patagonia No Nuclear.
La energía nuclear genera desconfianza y desaprobación por parte de la sociedad, ya que trae consigo temas fundamentales como la falta de seguridad, el destino incierto de la basura radioactiva, la contaminación generada por la liberación de material radiactivo y la contaminación térmica, la posibilidad de graves impactos para la salud, la biodiversidad y la salud de las personas en caso de accidentes en las plantas. Se la considera una fuente sucia, cara y peligrosa. Tras los desastres causados por Fukushima y Chernobyl, varios países de Europa y Asia intentan frenar la expansión de la energía nuclear.