Por Rocío Rodríguez Almaraz
Estudiantes, docentes y organizaciones de la sociedad civil, entre las que se encontró 350.org, realizaron una demostración pacífica en la Universidad de Ámsterdam para exigirle a ABP, el mayor fondo de pensiones de Europa, que deje de utilizar los aportes de los trabajadores públicos de Holanda para financiar el fracking en Vaca Muerta.
Los jóvenes activistas sostuvieron pancartas con mensajes potentes en contra del accionar de ABP. Además, reprodujeron un video sobre la fachada del Universidad que explicaba cómo la comunidad Mapuche estaba siendo afectada en la Argentina, y leyeron una carta firmada por varias organizaciones y miembros de la sociedad civil que pide a los ciudadanos europeos que redirijan su dinero hacia una recuperación justa y no hacia la destrucción de sus comunidades a través del fracking.
Una semana atrás, 350.org también había organizado una acción climática online en Reino Unido para demandar al Bank of England, el banco central inglés, que dejara de financiar esta actividad en el resto del mundo, mientras continúa prohibida dentro de sus fronteras. El evento contó con la participación de activistas locales de Neuquén como Juan José Dutto, ex Defensor del Pueblo de la Ciudad de Neuquén, Jorge Nawel, Coordinador de la Comunidad Mapuche de Neuquén e Ignacio Zavaleta, Responsable de Campañas de 350 en Argentina, que contaron cómo el fracking y la industria de los combustibles fósiles afectan a las comunidades locales.
La fuerza del activismo climático en Europa ha logrado que en países como Francia, Alemania, Bulgaria, Italia, Suiza, República Checa y Reino Unido, las perforaciones de este tipo se encuentren prohibidas, temporal o definitivamente. Pero esta lógica no se corresponde con lo que sucede en los países del Sur Global, donde fondos de pensión y de inversión, bancos estatales y privados y grandes corporaciones invierten en el petróleo y el gas que se extrae mediante fractura hidráulica, destruyendo a las comunidades locales.
Según un informe que realizó el Observatorio Petrolero Sur (Opsur) en 2018, siete empresas europeas operan en la formación de gas en la Patagonia Argentina. Las tres más importantes provienen de los primeros países que se pronunciaron contra el fracking y que hoy alzan la bandera de la causa medioambiental: Reino Unido, Alemania, Francia y Holanda. El documento indica que “la francesa Total, la alemana Wintershall, la anglo-holandesa Shell, Equinor (antes Statoil) de Noruega y la rusa Gazprom Rusia. También PAE, que es parcialmente controlada por la británica BP, y Phoenix Global Resources, firma a la que están vinculados dos empresarios argentinos —Daniel Vila y José Luis Manzano—, pero que tiene casa matriz en el Reino Unido y participación mayoritaria del holding suizo Mercuria”.
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Rocío Rodríguez Almaraz es colaboradora de 350.org en América Latina.
Crédito de las imágenes: Fossielvrij NL