Una protesta pacífica online celebrada el viernes 26 de febrero por 350.org y otras organizaciones enfocadas en el cambio climático ha exigido a los bancos europeos que dejen de financiar la extracción de petróleo y gas en la región de Vaca Muerta y, en su lugar, redirijan sus recursos hacia actividades que generen empleos social y ambientalmente responsables, tanto en Neuquén como en otras provincias de la Argentina.
Climate Camp: Lockdown Edition es el nombre de la demostración que tuvo como principal destinatario al Bank of England, quien regula el sistema financiero del país. Los participantes solicitaron a la institución bancaria que actúe para influir en las decisiones de bancos, como el británico HSBC, que financian actividades de extracción de petróleo y gas en Vaca Muerta. El objetivo fue ejercer presión para cortar los flujos de recursos que viabilizan la industria fósil en los países en desarrollo y que, en su lugar, se estimulen sectores que permitan una economía de recuperación justa, como energías renovables, transporte público y servicios de atención a la salud para las comunidades.
Dos activistas locales de la provincia de Neuquén, Argentina, compartieron sus testimonios con los participantes del evento y hablaron sobre los impactos de la fractura hidráulica en el medio ambiente y la calidad de vida de su población:
“Las consecuencias que hemos sufrido a partir del momento en que se instala el fracking son, algunas de ellas, de carácter irreversible, porque el daño que se ha generado sobre el aire, sobre el suelo, sobre el agua, no se puede calcular. Tampoco se han encontrado soluciones. La contaminación y el daño ambiental no están previstos dentro de las inversiones de la industria”, expuso Jorge Nawel, Coordinador de la Confederación Mapuche en Neuquén.
Por su parte, Juan José Dutto, ex Concejal y ex Defensor del Pueblo de la ciudad de Neuquén, habló sobre cómo el fracking afecta a la región a nivel socioeconómico y ambiental:
“En Vaca Muerta, entre los años 2015 al 2018, hubo más de 3.400 incidentes ambientales de distinta envergadura, producto de la actividad del sector. Solo en los diez primeros meses del año 2018 se identificaron 934 incidentes. Esta información fue tomada nada menos que por un informe de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia de Neuquén. (…) Es realmente un verdadero desastre ambiental, sumado al impacto económico negativo de la producción petrolera en áreas frutihortícolas”.
“En las localidades donde se asientan estas industrias hay alquileres muy altos, imposible de pagar. Hay un aumento importante de viviendas precarias o precarizadas. Hay un incremento sustancial de la criminalidad. Hay un aumento de sala de juegos, de casinos, y también de la prostitución. Hay un colapso de los servicios sociales esenciales, como escuelas, hospitales, salitas de primeros auxilios, jardines de infantes. Hay, también, una deficiente provisión de servicios esenciales, tales como el agua potable, las cloacas, calles, rutas. Y también existe esta contradicción: que los grandes ingresos que tiene la provincia en regalías petroleras y gasíferas evidentemente no se ven correspondidas con la realidad que sucede en cada una de las localidades”, agregó.
Ambos mencionaron que la técnica, prohibida en varios países desarrollados e incluso en Inglaterra, aún sigue utilizándose en Vaca Muerta.
“Es necesario tomar medidas urgentes. Una de ellas es dejar de financiar la actividad. Creemos que es un doble discurso moral el que realizan en el primer mundo cuando prohíben esta industria en sus respectivos países. Sin embargo, siguen brindando toda la cobertura económica para que la explotación en la Argentina no cese”, destacó Nawel.
Este mismo viernes, también como parte de la demostración por el fin de la financiación de combustibles fósiles en países en desarrollo, miembros del movimiento climático Pacific Climate Warriors se movilizaron frente a edificios del gobierno del Reino Unido en Australia, Fiji y Samoa. El mensaje a las instituciones privadas y al Banco Central de Inglaterra en todos los casos fue el mismo: es hora de frenar el colonialismo climático, que agrava la crisis del clima y amenaza la vida en todo el mundo.
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