Por Rocío Rodríguez Almaraz
Los políticos estaban de acuerdo. Los legisladores también. Igual que los niños y los jóvenes, y sus madres, padres, abuelas, abuelos, bisabuelos, tíos, primos y amigos, y las aves, los mamíferos, las plantas, las rocas, los suelos, los insectos, los lagos y ríos. ¿Qué impulso más grande que el que de toda una sociedad, hermanada con la naturaleza, empujando hacia un mismo fin?
A pesar del contexto de pandemia que ralentizó todos los procesos institucionales en el mundo, la ratificación del Acuerdo de Escazú en Argentina tuvo allanado su camino por el Congreso: logró la media sanción en el Senado por unanimidad, y luego el paso por las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados tuvo la misma suerte, hasta el desenlace de hoy con un triunfo ampliamente mayoritario por 240 votos positivos, 4 negativos y 2 abstenciones en el plenario, en favor de la protección del ambiente. No fue magia ni producto de casualidades, sino del trabajo articulado de más de 500 organizaciones no gubernamentales y personas físicas reunidas en la iniciativa #EscazúAhora, los movimientos de jóvenes y el apoyo de los legisladores que buscaban, en su conjunto, que el trámite parlamentario del acuerdo avanzara firme.
La sesión fue transmitida a través de Diputados TV, el canal de YouTube de la Cámara de Diputados nacional. Las distintas organizaciones no gubernamentales y los movimientos de jóvenes participaron de la previa, entre los que estuvo presente 350.org Argentina. La apertura de la sesión estuvo a cargo de Eduardo Félix Valdés, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto y la Comisión de Recursos Naturales, quien mencionó que “la Argentina, al aprobar este dictamen, está recogiendo la bandera levantada hoy por miles de jóvenes que a lo largo y a lo ancho del país que, en una demanda histórica de nuestras comunidades y grupos sociales vinculados al trabajo del suelo, reclaman mayores niveles de compromiso de los gobiernos con la transparencia de la información ambiental y más y mejores mecanismos de participación ciudadana en la toma de decisiones con impacto sobre nuestra tierra”
Además, agregó que “no podemos ser indiferentes a nuestro entorno, debemos actuar antes que los efectos sean más irreversibles y comprender que si continuamos ocasionando más daños en el medio ambiente, tendremos consecuencias sociales, económicas y distributivas negativas. El cuidado del medio ambiente representa un desafío para la humanidad”.
Por otra parte, Leandro Grosso, Presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, dijo, citando a Nicole Becker que “es un cambio de paradigma de democracia ambiental”, y que el “acuerdo viene a poner luz sobre los bienes de todos”. Destacó la importancia de esta ley respecto a la protección de los defensores ambientales y los tres puntos clave del tratado que son el acceso a la información, la participación ciudadana y la justicia en cuestiones ambientales. También recordó que durante la pandemia se deforestaron dos veces la Ciudad de Buenos Aires y que 90.000 hectáreas de humedales fueron prendidas fuego en ese mismo período. Y que la importancia del acuerdo radica en que pone al Estado a dar algunas respuestas, aunque es sólo “la primera parte del camino”.
También tuvieron la palabra (en orden de aparición) Gabriela Cerruti (Bloque Frente de Todos – Ciudad de Buenos Aires), Lucas Godoy (Bloque Frente de Todos – Salta), María Rosa Martínez (Bloque Frente de Todos – Buenos Aires), Brenda Austin (Bloque UCR – Córdoba), Camila Crescimbeni (Bloque PRO – Buenos Aires), Graciela Camaño (Consenso Federal – Buenos Aires), José Luis Ramón (Unidad y Equidad Federal – Mendoza), Alma Sapag (Movimiento Popular Neuquino – Neuquén), Nicolás del Caño (PTS Frente de Izquierda – Buenos Aires), Romina Del Plá (Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Buenos Aires), Federico Zamarbide (Bloque UCR – Mendoza), Hernán Pérez Araujo (Frente de Todos – La Pampa), Josefina Mendoza (Bloque UCR – Buenos Aires), Gabriel Frizza (Bloque PRO – Córdoba), Karina Banfi (Bloque UCR – Buenos Aires), Martín Berhongaray (Bloque UCR – La Pampa), Diego Matías Mestre (Bloque UCR – Córdoba), Luis Petri (Bloque UCR – Mendoza), Gustavo Menna (Bloque UCR – Chubut), Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica – CABA), Máximo Kirchner (Bloque Frente de Todos – Buenos Aires) y Daniela Vilar (Bloque Frente de Todos – Buenos Aires).
“Hemos ganado una batalla clave en favor del ambiente y los derechos por los que tanto trabajamos. El Acuerdo de Escazú posibilita las bases necesarias para trabajar por una América Latina y un Caribe más sustentables y sostenibles. Ahora estamos a una sola ratificación del objetivo. Esperemos que Argentina pueda abrir camino en la región y generar el impulso que el resto de los países necesitan para que el acuerdo entre en vigor”, dijo Ignacio Zavaleta, Responsable de Campañas de 350.org Argentina.
Para que el tratado entre en vigor son necesarias las ratificaciones de 11 países. Con esta última inclusión ya son 10 en total, correspondientes a: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Uruguay. Las naciones que están muy cerca de ratificar el acuerdo, aunque con el proceso demorado por el contexto de pandemia y, en algunos casos, por la fuerte presión de algunos grupos cuyos intereses se verían afectados, son: Colombia, Costa Rica, México y Santa Lucía.
Ilan Zugman, Director Interino de 350.org América Latina, agregó al respecto: “Esto nos deja un paso más cerca para garantizar el acceso a la información pública y la participación ciudadana en cuestiones ambientales, y para ofrecer garantías a los defensores del ambiente. La ratificación de Argentina nos deja a un solo país para que el Acuerdo de Escazú sea una realidad. Felicitaciones a la Argentina, ¡ahora vayamos por el 11!
Por qué es importante avanzar en el resto de América Latina
Según el informe anual de Global Witness, Colombia lidera los asesinatos a los defensores ambientales, ya que de los 212 ecologistas asesinados en 2019 en el mundo, 64 fueron las víctimas que se reportaron en el país. La cifra colocó a Colombia en un infame primer puesto, por encima de Filipinas, Brasil y México, por lo que el Acuerdo de Escazú representa una herramienta clave para ofrecer garantías a quienes defienden los derechos humanos ambientales. Sin embargo, a pesar de las protecciones que el acuerdo les puede brindar, sus opositores buscan ligar al tratado con los partidos de izquierda, e incluso con las FARC, con tal de evitar su ratificación.
Pero esta no es la única nación afectada por los intereses de algunos grupos en relación al tratado. En varios países latinoamericanos, en especial en aquellos donde se encuentra la mayor diversidad de fauna y flora y donde hay mayor sobreexplotación de recursos naturales, se está desplegando una gran campaña de desinformación. Algunas de las ideas que rondan son: que ratificar el Acuerdo de Escazú atenta contra la soberanía de los territorios nacionales y busca quitarle poder a los países, que es un tratado radical, que Escazú nos coloca “a la merced” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para cualquier tipo de conflicto, que paraliza toda inversión que implique el aprovechamiento de recursos naturales, que determina que la Amazonía es patrimonio de la humanidad, que busca solo beneficiar a las ONG: ideas que el medio peruano Actualidad Ambiental se ha encargado de derribar a través del artículo “Diez mitos y verdades sobre el Acuerdo de Escazú: democracia y defensores ambientales”. La realidad es que el tratado es una herramienta innovadora, creada en colaboración con la ciudadanía para promover la implementación y la mejora de los derechos de acceso a la información, participación ciudadana y justicia en temas ambientales. Y como todo lo nuevo, genera miedo y detractores.
Lamentablemente, América Latina es hoy el epicentro de la pandemia provocada por el Covid-19 y, precisamente por eso, es que debe entrar en vigor el acuerdo, que podría ayudar a evitar nuevas crisis sanitarias, conflictos socio-ambientales, la aceleración de la desigualdad y la pobreza, o abrir la posibilidad de alcanzar los Objetivos de desarrollo sostenible, algo que en este momento peligra por la expansión del nuevo coronavirus.
Por esta y muchas más razones, desde 350.org celebramos la ratificación del Acuerdo de Escazú en Argentina, y apoyamos su avance en el resto de los países de América Latina y el Caribe para que el tratado permita lograr una mayor participación ciudadana, generar transparencia en la toma de decisiones que afectan al ambiente, ofrecer garantías para la protección ambiental y proveer de un marco legal a quienes arriesgan sus vidas en defensa de los derechos ambientales.
Por eso, es importante que sumes tu pedido en las redes sociales para que los gobiernos de América Latina y el Caribe lo ratifiquen cuanto antes utilizando el hashtag: #EscazúAHORA
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Rocío Rodríguez Almaraz es escritora y colaboradora de 350.org Argentina.
Crédito de la imagen: Greenpeace Argentina
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